El club morado vivió un verano complicado que apunto estuvo de costarle el puesto al club en su vuelta a Segunda División B. Con trabajo, Óscar de Paula ha recuperado el pulso a la competición
Palencia quiere y merece un equipo de fútbol, al menos, en Segunda División B. La desaparición del CF Palencia provocó que la ciudad quedara vacía en lo que al deporte rey se refiere, siempre sin tener en cuenta a los conjuntos que militaban en Tercera División. Pero eso no lo podían permitir los aficionados de la zona, que pusieron en marcha un club por y para los aficionados, el CD Palencia.
Tras años de sufrimiento y trabajo, la entidad morada, en homenaje al extinto CF Palencia, conseguía el ansiado ascenso a Segunda División B. Un botín merecido y perseguido desde su fundación y que a punto estuvo de acabar en desgracia. Nadie podía imaginar cómo la felicidad podía tornar en desilusión y desidia por el mal hacer de los dirigentes.
Tres entrenadores, sin empezar
El distanciamiento entre el club y sus aficionados comienza muy pronto. Según el testimonio de muchos jugadores, el CD Palencia confirmó la continuidad de varios de los protagonistas que consiguieron la promoción a Segunda División B. Aunque finalmente no iba a ser tal y como habían anunciado. La llegada de ‘Sietes‘ a la dirección técnica del cuadro morado resultaría fundamental.
El exjugador del Racing de Santander sorprendió a todos con la destitución de Santi Sedano. El encargado de llevar al CD Palencia a la categoría de bronce abandonaba la nave a mitad de pretemporada. La escasa confianza de ‘Sietes’ en el técnico resultó clave para que los hechos se sucedieran de forma rápida.
Sin tiempo para la reacción, el club anunció a través de su cuenta de Twitter la llegada de Gonzalo Arconada. El técnico vasco parecía que sería el elegido para tomar las riendas de un equipo sin entrenador y ya inmerso en la preparación de la temporada. Aunque la noticia saltaba cuando el entrenador ‘reculaba’ y optaba por no firmar su contrato, que únicamente había sido apalabrado con la dirección del club.
Con escaso margen de maniobra, el CD Palencia anunció a José Aurelio Gay en los prolegómenos del encuentro amistoso que le enfrentó a la Cultural Leonesa en La Balastera. El preparador presenció el choque, pero terminaría marchándose de Palencia sin dirigir al equipo. La razón, el distanciamiento de la afición con el proyecto iniciado por el presidente y su objetivo de que llegaran inversos privados.
Irrisoria votación y Óscar de Paula
Esta circunstancia provocó una votación entre los socios del club. La participación fue mínima y terminó con la victoria de la idea del presidente. Por el camino ya se habían quedado José Aurelio Gay y el director deportivo, Sietes. Todo ello a una semana para arrancar la temporada y sin técnico y con menos de 15 jugadores en sus filas.
La cifra disminuyó por la traumática salida de Adri, Bayón y Levas. Jugadores con los que, a priori, se contaba que con la llegada del grupo inversor privado se vieron obligados a abandonar el club. El que firmó fue Óscar de Paula, que afrontó la primera jornada con nada que perder en El Sardinero ante un Racing de Santander favorito al ascenso. Buena imagen, pero lógica derrota.
El preparador vasco pidió «paciencia» a sus seguidores y confirmó que «necesitarían cinco semanas más de pretemporada». Y lo cumplieron. Los cuatro encuentros posteriores terminaron con el mismo resultado que el primer duelo de los morados en Segunda División B: con derrota. Los pronósticos se cumplían y no eran capaces de estrenar su casillero de puntos.
Pero al fin llegó. El Burgos y el CD Lealtad de Villaviciosa fueron las dos primeras víctimas de los morados en la categoría de bronce. Dos triunfos consecutivos que daban la razón a Óscar de Paula y les colocaba al borde de abandonar los puestos de descenso. Un objetivo que parecía impensable en el inicio de temporada tras el extraño vivido en Palencia y que a punto estuvo de acabar con las ilusiones de fútbol de una ciudad.