El Real Valladolid B encadenó su segundo triunfo consecutivo en su mejor partido en lo que va de temporada. Dominador en la primera parte, pudo arrollar en la segunda

El Real Valladolid Promesas encadenó su segunda victoria consecutiva tras imponerse en por dos goles a uno al Caudal de Mieres en Los Anexos. El conjunto de Rubén Albés cuajó su mejor partido de lo que va de temporada y después de dominar una primera parte en la que la intensidad asturiana dificultó las cosas, bien pudo arrollar en la segunda, en la que solo el desacierto de cara a puerta le impidió golear a un rival que fue de más a menos con el paso de los minutos.
Aunque recién ascendido, el Caudal es un conjunto experimentado, conocedor de la categoría, competitivo. Luchó cada balón mientras le quedaron fuerzas, si bien estas no duraron más allá del descanso. Su técnico, previsor, supo ver que se podía descomponer a raíz del vértigo que por momentos impriman los blanquivioletas, pero de nada le sirvió hacer dos cambios pronto; cayó.
El filial se agrandó a partir de que encontró espacios. Con el balón se sintió cómodo, pero como disfrutan los de Albés es corriendo. Así se pudo ver en el primer gol. Mayoral cuerpeó en la salida de una contra y pese a la tarascada de Saavedra pudo abrir a la derecha, desde donde Higinio cambió el juego hacia el otro costado, por donde entraba como una exhalación Samanes, que marcó el uno a cero.
No había transcurrido ni un cuarto de hora de envite y el Real Valladolid B ya mostraba que no iba de farol, que quería los tres puntos, como se había visto desde el arranque, intenso por parte de los dos equipos. Presionante, el Caudal buscaba entorpecer la salida de balón, bien desarrollada siempre por un Calero excelso y bien acompañado por Mario Robles. En labores defensivas, la única exigencia venía cuando Javi Sánchez entraba en juego con el balón. Cuando su figura desapareció de la mediapunta, desaparecieron los de Iván Ania.
Antes de que eso sucediera, una jugada rápida en tres cuartos, procedente de un saque de puerta, se convirtió en un desajuste que provocó que llegara el tanto del empate, un golazo de Quero. Por delante quedaban setenta minutos y la sensación, creciente hasta que Iván Martín marcó, de que el filial se estaba mereciendo más.
Antes del tiempo de asueto Mayoral pudo hacer el segundo en una doble ocasión, en otra contra lanzada con maestría por los vallisoletanos. No pudo superar primero la buena reacción abajo de Chechu ni luego a Pelayo. Como el gol, la jugada vino precedida de una falta de Saavedra, que debió irse a la ducha antes de tiempo porque, otra vez fuera de sitio, convirtió la incomodidad de la lejanía del área en una dura acción, ahora sobre Higinio. Tal es así que Ania se dio cuenta de lo que podía pasar y lo cambió para evitarse el mal trago.
El técnico visitante, otrora futbolista profesional que hizo carrera en las filas del Real Oviedo, vio que la resolución no iba a estar en la posesión local, en estático, casi inofensiva, sino en la movilidad y velocidad del ataque rival. Por eso metió a Beto, para ver si, merced al trivotazo, podía detener lo que estaba por venir. Y no.
Recién iniciado el segundo periodo Santi Samanes se revolvió con una buena acción individual en la frontal y sirvió el balón a Royo, que subía solo por el lado izquierdo. El capitán disparó a puerta y el balón fue repelido por la cepa del poste. Fue el primero de los dos que golpearía el filial, ya que Higinio también se encontró con la madera, tras un envío en largo de Royo en el que midió bien los tiempos delante de Chechu, pero no el espacio.
Iván Martín entró por Mayoral, que jugó con problemas estomacales y aun así rayó a un buen nivel. El ex del Tudelano pasó a formar una pareja de nueves con Higinio que se resolvió peligrosísima. Con cuatro jugadores eminentemente ofensivos, pero también con la buena compañía de los otros seis de campo, que pisaban con decisión el del rival, el filial siguió agrandándose y generando peligro.
A falta de nueve minutos para el final, el recién incorporado rebañó con fe un balón a Cristian que le dejó en un dos contra uno junto a su compañero en la vanguardia frente a Súper. Y esa presión encontró el premio del gol después de que el de Calasparra le cediera el esférico antes de entrar en el área. Sería, a la postre, el gol de la victoria, aunque pudo haber más.
Al Caudal, que ya venía perdiendo tiempo desde hacía minutos, le entraron las prisas y empezó a colgar balones. Que de nada sirvieron, puesto que la defensa estuvo atenta y segura e impidió siquiera que Dani Hernández se viera obligado a trabajar. De hecho, sucedió al contrario, desatados, los de Rubén Albés dispusieron de varias oportunidades claras para sentenciar.
Mito apuró línea de fondo y sirvió un pase de la muerte hacia Iván, que no alcanzó a embocar. Antes, Higinio no dio con la fórmula para abrir la puerta y llevarse el merecido premio (se llevó otro; marcarse aplaudido). Y después tampoco Marí pudo marcar. Tres fueron las oportunidades claras de sentenciar y tres fueron las erradas. No se echó de menos porque no se sufrió, aunque habría estado bien que la victoria fuera más contundente, como el filial había merecido.
Después de hacerlo bien en diferentes fases de los tres partidos anteriores, llegó el triunfo redondo, primero en casa, segundo seguido y sin que nadie pueda poner la excusa del árbitro. El siete sobre doce que suma el Promesas supone una cifra sabrosa, que no generosa, pues es merecida. Supone la promesa de crecer con los buenos resultados como colchón, uno que buscará que sea más cómodo ganando al Guijuelo el fin de semana próximo en la localidad charra.
Real Valladolid Promesas: Dani Hernández; Arroyo, Mario Robles, Calero, Royo; Rai, Zambrano; Mayoral (Iván Martín, min. 68), Dani Vega (Mito, min. 75), Samanes; e Higinio (Miguel Mari, min. 89).
Caudal Deportivo: Chechu; Pelayo, Cristian, Saavedra (Súper, min. 42), Noel Alonso; Jaime (Beto, min. 46); Quero, David González, Óscar Pérez, Annunziata (Roni, min. 68); y Javi Sánchez.
Árbitro: Iglesias Villanueva (C.T. Gallego). Amonestó a los visitantes Cristian, David González, Saavedra y Quero.
Goles: 1-0, min. 13: Samanes. 1-1, min. 25: Quero. 2-1, min. 83: Iván Martín.
Incidencias: Unos 400 espectadores presenciaron en mañana calurosa en los Anexos el partido, correspondiente a la cuarta jornada del Grupo I de Segunda B, en el último día de las fiestas patronales de Valladolid.