El Real Valladolid se valió de una gran presión para doblegar al Real Zaragoza y pasar la eliminatoria
Paco Herrera aprovechó el encuentro copero en La Romareda para repartir minutos entre los jugadores menos utilizados en liga. El técnico catalán apostó por 1-4-1-4-1 con Pau Torres bajo palos, Markel, Guitián, Alex Pérez y Ángel en defensa, Luismi en el centro del campo acompañado de Sergio Marcos y Míchel, algo más adelantados, Zambrano en la banda derecha, Guzmán en la izquierda y Raúl de Tomás como referencia en ataque.
Los visitantes salieron con una mayor intensidad y una asfixiante presión que se está convirtiendo en una de las principales premisas del nuevo Real Valladolid. Tanto es así que el primer tanto llegó cuando apenas habían transcurrido cinco minutos. Esa presión provocó una peligrosa pérdida de Bagnack que aprovechó Míchel con una gran cabalgada.
Esa mayor determinación pucelana siguió provocando nerviosismo e imprecisiones en los defensores maños que se tradujeron en ocasiones de gol para el Real Valladolid. Primero Raúl de Tomás y después Guitián, pitado por la afición local, estuvieron cerca de anotar el segundo. Pero este no llegaría hasta mediada la primera parte cuando un desafortunado Bagnack anotó en su propia portería tras una gran jugada de Guzmán y Sergio Marcos.
En la segunda parte, el guión del partido cambió. Con el paso de los minutos, el cansancio físico y la falta de rodaje empezaron a hacer mella en los atacantes del Real Valladolid, que no pudieron mantener esa exitosa presión que marcó la primera parte y la eliminatoria. El Zaragoza, ya menos presionado, tiró de empuje y se fue haciendo con el control del partido. Herrera trató de evitarlo y realizó una variante táctica. Míchel dio paso a Leão que pasó a formar doble pivote junto a Luismi (1-4-2-3-1). Pero el cambió no surtió efecto y precisamente tras un error de Luismi en el marcaje en un córner, los de Luis Milla conseguirían reducir diferencias.
Herrera, para evitar el asedio maño, siguió dando entrada a gente de peso en el equipo. La entrada del siempre combativo Iban Salvador -.sustituyó a Guzmán– aportó mayor verticalidad en el fatigado ataque pucelano. Por su parte, la entrada de Balbi –sustituyó a Raúl de Tomás– hizo que Ángel adelantara su posición y Salvador pasara a ser la referencia en ataque. En cualquier caso, el marcador ya no se movería y el Real Valladolid consiguió pasar a la tercera ronda de la Copa del Rey.