El Girona afronta su novena temporada consecutiva en Segunda División con el objetivo del estreno en Primera tras desaprovechar la oportunidad hasta en tres ocasiones
Hablar de la Segunda División es, indudablemente, hablar de equipos cuyo único objetivo es volver a la máxima categoría del fútbol español. Aunque también es hacerlo de aquellos recién llegados que buscan hacerse un hueco y, por qué no, soñar con su debut en Primera División
Para muestra, un botón. En este caso, hablamos del Girona por tratarse del próximo rival del Real Valladolid; aunque todos los años es fácil encontrar varios ejemplos. Equipos como el Eibar, que consiguen superar la tan dura Segunda División en un año, hay pocos; lo común es que la subida se haga un poco más larga.
No es que el Girona sea precisamente un recién llegado a la categoría de plata. Son ocho las temporadas que el equipo ahora dirigido por Machín lleva luchando por estrenarse en Primera. Ha habido años en los que ha estado cerca, rozándolo con las puntas de los dedos, y otros en los que ha coqueteado más que peligrosamente con los abismos del descenso.
2008-2014, intervalo con muchos altibajos
Comenzó el Girona su andadura en Segunda hace nueve temporadas. Como suele pasar con los comienzos, no fue fácil, aunque lo cierto es que los catalanes comenzaron con muy buen pie. Sin embargo, las piernas comenzaron a pesar antes de lo esperado y los albirrojos finalizaron en la plaza decimosexta.
No fueron mucho mejores los siguientes años. Si bien los catalanes fueron escalando puestos a la par que se iban acomodando en la categoría, todavía estaban lejos de los puestos de ascenso. Su mejor actuación hasta la temporada 2011/12 tan solo les permitió alcanzar el undécimo puesto.
Fue precisamente con un conocido de la parroquia blanquivioleta en el banquillo cuando los catalanes dieron un salto cualitativo. Rubi fue el timonel de una temporada en la que el Girona rozó por primera vez el sueño de su primera temporada en la máxima categoría.
Sin embargo, el play-off de ascenso fue el encargado de devolver a la realidad a los catalanes, que en la última eliminatoria se vieron superados por un Almería que no cedió ni un solo gol –el resultado fue de 4-0 a favor de los andaluces en el global del emparejamiento–.
El varapalo afectó al Girona, que la temporada siguiente contó con tres entrenadores que dejaron al equipo en una posición bastante alejada de los puestos de ascenso. Sin embargo, los albirrojos se hicieron ese año con los servicios de Machín, el hombre que junto a Rubi más cerca ha estado de firmar un ascenso histórico.
Tres temporadas consecutivas rozando el sueño
La 2014/15 fue una temporada que difícilmente olvidarán los aficionados del Girona. El sueño estuvo más cerca que nunca, aunque el último partido de liga terminó por relegar a los catalanes a los puestos de liguilla. Llegaba el Girona empatado a puntos con el Sporting y las matemáticas dictaban que si los albirrojos ganaban al Lugo, los asturianos serían los terceros clasificados.
Sin embargo, la ciencia no contaba con que el conjunto de Abelardo se enfrentaba al Betis, campeón de la categoría y que ya no se jugaba nada. Golearon los asturianos a los andaluces por tres goles a cero en Sevilla, aunque la victoria momentánea del Girona servía a los catalanes para estar en Primera.
Y así fue hasta el minuto 92, cuando Pita anotó el gol que subía las tablas al marcador. A continuación, imágenes que todavía se recuerda: el colegiado anuló el que hubiera sido el tanto de la victoria a Lejeune por fuera de juego, y acto seguido paró el partido por un botellazo al asistente.
Le quedaba a los catalanes la oportunidad de la liguilla contra el Zaragoza, aunque el destino parecía empeñado en negarles la épica. Tras derrotar a los aragoneses en La Romareda por tres goles a cero, el fantasma del pasado volvió a tomar Montilivi. La hinchada gerundense vio cómo su equipo volvía a tropezar, esta vez de forma aún mas estrepitosa al sucumbir por un gol a cuatro.
Los de Machín tuvieron una nueva oportunidad la temporada pasada, también en la liguilla de ascenso. Tras derrotar al Córdoba en la primera eliminatoria, el Girona volvió a ceder ante un Osasuna que regresaba a Primera dos años después.
Aún es pronto para saber lo que pasará este año, aunque de momento el conjunto catalán parece haber comenzado con buen pie y se encuentra segundo. El de este sábado a las seis de la tarde en el José Zorrilla será un duelo de categoría entre dos equipos que, a priori, están llamados a ocupar los puestos altos de la tabla. Oportunidades no le han faltado en los últimos años a un Girona que, más que no poder, no ha sabido.