El Real Valladolid alineó a cinco canteranos frente al Real Oviedo, hecho que en los últimos tiempos solo había sucedido en duelos coperos o encuentros intrascendentes
Foto: Real Valladolid
El pasado domingo sucedió en el Nuevo José Zorrilla un hecho que se puede considerar casi insólito. Frente al Real Oviedo, en el Real Valladolid jugaron hasta cinco jugadores pasados por las categorías inferiores del club, algo que en competición liguera no pasaba desde casi cinco años.
Con la alineación en el once titular de Ángel, Rafa, Renzo Zambrano y José y la posterior entrada de David Mayoral, Paco Herrera contribuyó a que la cantera, tan denostada en estos últimos años, reluciera al menos por un día. Aunque provocado en buena medida por las bajas, la buena noticia se produjo además en un contexto poco habitual: en un partido con cierta trascendencia.
Y es que durante los últimos años la aportación de la base había quedado en un plano más que secundario, reservada para encuentros sin nada en juego o para la Copa del Rey, cuyo carácter es prácticamente residual casi por norma.
Por ejemplo, con Rubi, frente al Llagostera en la última jornada de la temporada 2014/15, jugaron cuatro, Brian, Carmona, Iván Casado y Jorge Hernández. Fue una mentira…
… varias veces repetida. Porque en ese curso Joan Francesc Ferrer apostó por los chicos de la casa en momentos puntuales, aunque de escasa relevancia. Por ejemplo, en octubre, en Copa del Rey frente al Girona llegó a alinear a cinco –Carmona, Anuar, Jorge Hernández, Dani Vega o Guille Andrés, autor de un gol– o, más tarde, en diciembre, a cuatro –Carmona, Jorge Hernández, Guille Andrés y Dani Vega–.
Para alcanzar un momento semejante en la historia reciente del Real Valladolid hay que remontarse a los tiempos de Djukic. Durante la campaña 2011/12 hubo varios enfrentamientos en los que coincidieron varios blanquivioletas ‘de cuna’, si bien esta coincidencia vino beneficiada porque Jesús Rueda, Javi Baraja y Óscar González se encontraban en el equipo.
A ellos tres se les sumó en varias ocasiones Tekio, futbolista del filial aunque no canterano de pro. Cuando no era él, en otras, fueron Javi Navas, Ochoa, Mongil o Felipe los agregados. El serbio alineó a cuatro jugadores de la casa varias veces, pero el techo lo situó en seis, los que jugaron ante el Nàstic en Copa del Rey; a saber: Baraja, Rueda, Mongil, Tekio, Jordi y Felipe.
«Ahí es fácil», habrá quien piense. Pero también en liga hubo alguna que otra coincidencia numerosa, de hasta cinco canteranos frente a la UD Las Palmas, el veintinueve de octubre de 2011, en la jornada once, en un duelo en el que participaron desde el inicio los filiales Tekio y Mongil y Rueda y Óscar, integrantes del primer plantel, y en el que luego entraría Baraja en sustitución de Nafti, llegando, por lo tanto, a coincidir los cinco sobre el tapiz del Estadio Gran Canaria.
Aquello superó en cierto modo lo vivido en el Nuevo José Zorrilla el fin de semana pasado. Como entonces, ante el Oviedo fueron alineados tres jugadores que pasaron por las categorías inferiores y que ahora son parte del primer equipo, por dos integrantes del filial. Sin embargo, cabe destacar una diferencia con aquello: el hecho de que, sin ser Renzo Zambrano ni Ángel jugadores con tres años en la cantera en edad sub 21, por lo menos sí llevan más tiempo en Valladolid que Tekio entonces, que había sido incorporado aquel verano.
El heredero de Óscar… y de Álvaro Antón
A buen seguro José no olvidará fácilmente el gol que marcó el pasado domingo. Fue el primero que anota con el primer plantel del Real Valladolid y valió por tres puntos, los primeros que suman los blanquivioletas en esta competición liguera. Aunque la actuación de Isaac Becerra fue determinante, a efectos goleadores fue él quien garantizó el triunfo.
En este sentido, se le puede considerar heredero de Óscar González, toda vez que el mediapunta salmantino es el único canterano cuyos tantos dieron puntos al Real Valladolid. La última vez que ocurrió fue este pasado catorce de mayo, frente al Albacete Balompié, con una perforación en el minuto siete, si bien antes colaboró en las victorias ante el Alcorcón y ante el CD Tenerife.
Aunque está considerado a todos los efectos integrante de la primera plantilla, el talaverano tiene dorsal del filial. El último jugador que marcó con un número superior al veinticinco fue Bacari, ante la extinta UD Salamanca el veintisiete de marzo de 2011 (hizo el 0-5), mientras que el último que dio puntos en estas condiciones al primer equipo blanquivioleta fue Álvaro Antón, el veintisiete de febrero de 2005, fecha en la que vio dos veces puerta ante el Terrassa, doblete que valió un empate.