El cancerbero evita que el Real Oviedo iguale el solitario gol de José en una segunda mitad en la que los carbayones fueron ligeramente superiores, dentro de la igualdad, principalmente al final

El Real Valladolid consiguió estrenar con victoria la ‘era Paco Herrera’ en la sesión golfa que cerraba la jornada dominical de la primera fecha liguera. El solitario gol de José sirvió para imponerse a un Real Oviedo que lo intentó, y que incluso fue ligeramente superior en algunos tramos de la segunda mitad, pero que se topó de bruces con la primera exhibición del mejor portero de la categoría, Isaac Becerra.
De no ser por las horas intempestivas, a buen seguro los niños asistentes habrían hecho corro en torno a un canto: «Tenemos un portero que es una maravilla, que para los penaltis sentado en una silla». Porque al catalán tan solo le faltó eso. Todas aquellas intentonas de los delanteros carbayones que acabaron en remate franco terminaron desbaratadas por él, siempre atento, siempre correcto, siempre valiente. No es que se viera sometido a un gran asedio, bien es verdad, pero cada vez que el Oviedo llegó se encontró con él.
Así, el guardián del Averno hizo valer el gol de José, uno de los tres jugadores que durante el pasado curso militaron en el Promesas. Junto al talaverano, Renzo Zambrano y Ángel formó Iban Salvador, quien, al igual que ellos, la pasada campaña jugó en Segunda B. Y tan ricamente, oigan, porque todos ellos cumplieron, principalmente el autor del tanto y un Zambrano que fue de más a menos y terminó sustituido después de dibujar continuamente líneas de pase en la primera parte.
Los dos equipos extremaron las precauciones que anteriormente habían mostrado en La Veigona, en el amistoso que les enfrentó. Bien plantados en el inicio, hubo que recurrir a un chispazo, a un pase diferente, un certero envío en largo de André Leão, para que la carrera de José llegara a término. El balón le dio una colleja cuando aún corría y mientras Peña saltaba al bulto, se impuso por fe a sus dos competidores por el esférico (por allí andaba también Héctor Verdés).
El tanto pareció espolear al conjunto que dirige Fernando Hierro, que tuvo alguna que otra aproximación a la puerta blanquivioleta, aunque ninguna lo suficientemente clara. Por su parte, Álex López lo intentó tras una pared con el goleador, pero Juan Carlos repelió a córner. Y así, la primera mitad transcurrió igualada y vistió piel de cautela, pues ni siquiera el ir por debajo llevó a los asturianos al desenfreno. Y es que quedaba tanto…
Los ovetenses se hicieron con el dominio del cuero tras el descanso. Si con anterioridad la posesión había estado repartida, tras el preceptivo tiempo de asueto se desniveló en favor del cuadro visitante. Y pronto, en el minuto 52, llegó la primera gran intervención de Isaac Becerra, que despejó un buen disparo de Toché.
Paco Herrera dio entrada a Álex Pérez para ganar presencia en la mitad del terreno encargada de custodiar por los vallisoletanos, a sabiendas de que el delantero ex del Pucela podía inquietar. Como Linares, de no ser porque acto seguido entró en su sustitución un Jonathan Pereira que no castigó con el dichoso ‘síndrome del ex’, como sí pudo hacer su compañero de fatigas, que siguió intentándolo.
A falta de veinte minutos para el final, Toché dispuso de un mano a mano frente a Becerra, que como si fuera Cerbero, el can protector de las puertas del infierno, impidió el gol por dos veces. Para entonces, el Real Oviedo ya se podía decir que era superior, dado que tenía más el balón y llegaba al área rival, cosa que el Real Valladolid era incapaz de hacer.
Con las entradas de Míchel y del canterano Mayoral, que también debutaba, el técnico vallisoletano quiso dar otro aire al equipo y salir más de su campo, pero, sin balón, no pudo, siguió defendiendo hundido, aunque junto, y bien, aunque concediera alguna que otra intentona. Tocaba apretar el culito, que diría Leo Harlem, en busca de los tres primeros puntos de la campaña.
Los visitantes no se dieron por vencidos y entre que se agotaron los cambios y que Isaac Becerra sufrió un golpe y el partido estuvo detenido un tiempo, el colegiado, Pérez Montero, decretó cinco minutos de añadido. Ya volcados, los de Hierro no parecían capaces de superar la maraña de hombres del Real Valladolid, ya definitivamente metido en su área, hasta el remate final, de nuevo de Toché, que terminó como los anteriores, respondido por una intervención salvadora del cancerbero local.
De esta manera, el que fuera Zamora de la categoría el pasado año y quien sigue siendo mejor portero de LaLiga 1|2|3 comienza a dar puntos desde el primer día. Salvó por lo menos dos al evitar un empate que es de recibo reconocer que el Real Oviedo mereció. Se ganó que mañana (ya hoy, lunes; vaya horas…) los niños bromeen con el ‘Uno a cero y Becerra de portero’, acompañados del dichoso cántico recitado al inicio.