El riojano ofreció una rueda de prensa de despedida donde explicó los motivos de su salida y se despidió del Real Valladolid diez años después

Llegó el día en el que se desveló el secreto mejor guardado en las oficinas de Zorrilla, pero que a su vez era gritado a voces día tras día. El club comunicaba que a las 12:30 del martes dos de agosto, Álvaro Rubio daría una comparecencia. Cuando se sentó en la sala de prensa, rodeado de gente del club y de otros exjugadores como Alberto Marcos y Víctor, las palabras sobraban.
En primer lugar, Álvaro Rubio pidió perdón a los periodistas por no haberles atendido desde que acabó la temporada. Y después de las disculpas llegó el anuncio más esperado: «No voy a continuar como jugador del Real Valladolid».
Como el proceso se ha dilatado más de lo esperado, el riojano quiso explicar punto por punto cómo sucedieron los acontecimientos. «Al finalizar la temporada me llama el presidente y me dice que qué quiero hacer. Le contesté que quiero seguir jugando al fútbol, me encuentro bien, tengo muchas ganas de seguir a pesar del año tan malo que hemos pasado», reconoció.
La respuesta de Suárez fue positiva, pero Rubio quiso dejar claro que se quedaría siempre y cuando pudiera aportar. «Él al momento me dice que fenomenal, que quiere que siga, teniendo en cuenta que el presupuesto era inferior, pero no había problema. Yo solo pongo una única condición que es que el entrenador y el cuerpo deportivo era que contasen conmigo, que me dé oportunidades para ayudar al equipo», relató en primera instancia.
Después de esta primera conversación entre el presidente y Álvaro Rubio, es el máximo mandatario quien se pone en contacto con la dirección deportiva para comentarles la situación. Como no obtenía ninguna respuesta, fue el propio jugador el que quiso ponerse en contacto con Paco Herrera para intentar agilizar la operación. «Él me explica la valoración sobre mí, la función que podía tener y me pide tiempo para decidirse y comunicarme si cuenta conmigo o no», explicó.
Álvaro Rubio apuntó que el veintiséis de julio volvió a ponerse en contacto con el técnico blanquivioleta y ahí es donde viene la negativa del cuerpo técnico. «Me dice que lo siente muchísimo pero que no va a contar conmigo porque había seis centrocampistas y sería el séptimo. Le agradezco la sinceridad que ha tenido conmigo», dijo visiblemente afectado y sin aclarar cuál será su futuro.
La intención del riojano era seguir si iba a aportar, además de por él, por la situación económica del club. «Lo que quería era ayudar y si no se puede, este momento tenía que llegar. Otra es personal, por el tema de presupuesto. Yo no quiero estar por estas y más si me tengo que llevar una parte de ese presupuesto. Sería hacerle daño al club«, subrayó.
Agradecimientos y orgullo de pertenencia
Una vez que explicó los motivos, Álvaro Rubio tuvo palabras de agradecimiento para todo el mundo que ha estado con él. «Quiero dar las gracias a la gente de las oficinas, a Jorge, a los cuerpos técnicos que han pasado por aquí, destacar a Mendilibar porque hemos pasado muy buenos años con él y ya que somos familia, que decían que era su sobrinillo, se lo tendré que agradecer», comentó en el momento en el que las risas dejaron a un lado la emoción del momento.
Y prosiguió: «Dar las gracias al cuerpo médico, utilleros, a Paco Santamaría, que es como un padre. A él le digo que no se relaje, que puede ser mi puesto en un futuro; a las chicas de lavandería; a mi cuadrilla, los que cuidan esto y al propio Jesús Navarro».
Un hombre de club y de equipo como él no se podía olvidar de los que estuvieron mano a mano sobre el césped, a su lado. «A todos mis compañeros que han pasado por este vestuario, de muchos soy amigo. Dar las gracias a Carlos Suárez que siempre ha confiado en mí durante diez años y ojalá nos podamos encontrar en un futuro donde sea. A Alberto Marcos, una persona especial para mí por todo lo que me ha ayudado, me siento orgulloso de ser su amigo y haber compartido vestuario con él», continuó.
También dio las gracias a la prensa, a la que pidió perdón por la «distancia» que ha mantenido con ellos, a los que agradeció también el respeto que le habían tenido en los buenos y en los malos momentos. Por supuesto a su familia, a sus padres, hermana, a su mujer y a sus hijos; también a sus amigos. Y cómo no, a la afición, la que le ha hecho «sentir parte de la historia de este club y eso no lo puede decir cualquiera».
Por supuesto, tuvo sus mejores palabras para el Real Valladolid, al que ha dado tanto. «Ojalá que el Pucela consiga sus objetivos y sea más grande, yo estaré apoyando porque lo siento y lo llevo dentro«, subrayó. Y finalizó de la única manera que lo podía hacer, como un señor: «Al final las personas vamos pasando, pero es el club el que siempre está aquí. Somos parte de esa historia, yo he sido muy feliz tanto en el club como en la ciudad. Gracias y hasta siempre«.