El mediocentro del Promesas, que pasó los últimos meses de la pasada campaña cedido en el Cristo Atlético, abandona la entidad antes del comienzo de la pretemporada

Cabía esperar alguna baja, toda vez que la dirección deportiva todavía está pendiente de hacer más fichajes y no todos caben. Y así, la primera ya se ha confirmado. El mediocentro vallisoletano Javier Pelayo abandona la disciplina del Real Valladolid, en la cual ya no estuvo en los últimos meses de la pasada campaña, que concluyó como cedido en el Cristo Atlético.
Se trata de la primera baja de los jugadores con contrato de cara al próximo curso, si bien quizá pueda haber alguna más en un Promesas que se sigue reforzando. Precisamente, el anuncio de su salida vino ligado al del cuarto fichaje, Santi Samanes, con dos escuetas líneas en las que el club le desea la mayor de las suertes en su futuro, ya fuera de la entidad.
Aunque tenía contrato por un año más, Pelayo ha visto cómo se le pone punto final a una relación prolongada, puesto que llevaba en Los Anexos desde benjamines. En la primera vuelta de la pasada temporada jugó 42 minutos repartidos en tres partidos, antes de salir en el mercado invernal, en su opinión, «por una cuestión de feeling con la gente de arriba».
Teniendo en cuenta que su posición está poblada por Mario Robles, Renzo Zambrano, el recién incorporado Rai Marchán y quizá por Anuar, que si bien empezará a trabajar con el primer equipo con la intención de contar para Paco Herrera tendrá ficha del filial, no tenía sitio y su salida era de prever.
En aquella cesión en Palencia, en el Cristo Atlético, fue de menos a más. El que fuera capitán del Juvenil División de Honor a las órdenes de Chuchi Macón –su principal valedor– comenzó siendo suplente. Actuó en once partidos, fue titular en siete ocasiones, acumuló un total de 705 minutos y marcó dos goles, siendo parte activa en la salvación de la categoría de los morados.