El guardameta del filial no dará el salto al primer equipo del Real Valladolid debido a que la dirección deportiva no cuenta con él

Julio Iricibar se marcha. Así lo ha hecho público él mismo a través de redes sociales. Después de catorce temporadas ligado al Real Valladolid, el guardameta del Promesas abandona la entidad a las puertas del primer equipo, debido a que la dirección deportiva no cuenta con él.
Aunque apenas un par de horas antes de su anuncio Braulio Vazquez había afirmado que era «complicado» que se diera su renovación en la rueda de presentación de Guitián, la decisión estaba ya tomada, dado que la intención del club es la de contar con dos porteros «más experimentados», según El Diario de Valladolid.
No obstante, ha habido dudas en algunos momentos, en los que la dirección deportiva se planteó el que quizá pudiera continuar. Eso se desprende del hecho de que habían pedido a los representantes del meta que esperaran, sabedores de que podría manejar otras opciones –como de hecho maneja–. Sin embargo, la decisión final ha sido la de separar sus caminos de los del Real Valladolid.
Estas ofertas de otros clubes ya habían estado presentes en los dos últimos veranos, antes de su última prórroga de su contrato y con anterioridad al último curso, en el que de nuevo fue titular indiscutible en el Promesas y en el que jugó dos partidos con el primer plantel, siendo, de facto, el segundo portero por detrás de Kepa Arrizabalaga.
Sin embargo, a pesar de que pudo haber ganado más dinero saliendo del club, Julio apostó por continuar y defender la portería del filial en Segunda B, en la que ha disputado 63 partidos. Antes de que comenzara su segunda campaña en esta categoría pidió salir, debido al atractivo del interés de otros equipos, pero el Real Valladolid se aferró a su año de contrato.
Aunque afectado por la llegada de Bruno Varela, en sustitución de Diego Mariño, que debaja entrever una falta de confianza en sus condiciones, el vallisoletano siguió trabajando y encontró la recompensa en su debut con el primer equipo. Este llegó, eso sí, después de no tener minutos en pretemporada con el mismo y de no jugar en Oviedo en Copa del Rey, otras cuestiones que mentalmente pudieron pesarle.
Pese a todo, su intención siempre fue la de seguir en el Real Valladolid, e incluso estuvo pendiente de su situación durante sus vacaciones. Si bien la decisión no estaba todavía tomada, cabe decir que su último partido en Los Anexos llevó marchamo de despedida desde el mismo instante en que fue él quien saltó al césped portando el brazalete de capitán.
En los días sucesivos, hubo alguna novedad en la línea comentada; la dirección deportiva se remitió a la llegada del nuevo entrenador y a esperar a los primeros movimientos del mercado para ver qué iba a pasar. Lo que finalmente sucede es que se marcha, sin haber cumplido la totalidad de su sueño como blanquivioleta, pero con el afán de convertir en realidad el de continuar como profesional. A falta de saber cuál será este futuro, cabe decir que varios clubes han mostrado interés en hacerse con sus servicios, incluso alguno de la misma categoría del Real Valladolid.