Juan Carlos Alonso pone en valor el buen hacer del Cadete B del Real Valladolid, campeón a pesar de perder en invierno a varios de sus jugadores clave, cedidos a la UD Sur y el CD Arces de categoría regional
Llevamos enfrascados desde hace un tiempo en el debate de los estilos, debido a la consecución de grandes resultados del Atlético de Madrid, desafiando a los dos trasatlánticos del fútbol patrio y estrellas incluidas. Aunque no es un debate nuevo en la historia de nuestro juego, basta con recordar las duras disputas en el fútbol argentino entre bilardistas y menottistas.

Más allá de estilos hay que destacar que por encima de más o menos posesión, o de un juego más vertical, por encima del valor de los nombres, está la palabra equipo. Lo importante no es el quién, sino el cómo, y cualquier miembro de una plantilla pueda llegar a ser igual de definitivo.
Sin ir más lejos, y sin necesidad de adentrarnos en el fútbol de élite, tenemos un claro ejemplo en un equipo de cadetes, en este caso el del Real Valladolid que compite en la liga provincial, que, a pesar de los diferentes avatares de la temporada con la salida de varios jugadores a otros equipos a categorías superiores para aumentar su competitividad, y cuando parecía que no tendrían opciones de título, la unión y el buen trabajo de su cuerpo técnico, haciendo crecer individualmente a cada uno de sus integrantes, ha conseguido no solo mejorar los números de la primera vuelta, sino superarlos, haciendo partidos más que interesantes en los campos de sus rivales más directos.
Destacar a alguien por encima del resto en esta plantilla que acaba la temporada sería injusto. Tal y como decíamos al principio, cada uno ha sabidos ejercer su rol haciendo grande la palabra equipo para ganar un campeonato con unos números de ensueño, empezando por la portería y la defensa, siendo el equipo menos goleado (13), así como el máximo goleador (120).
Una vez más el fútbol como ejemplo de vida nos demuestra que cuanto mayores son las dificultades, si el trabajo es intenso, realizado desde las tres ces, compañerismo, compromiso y concentración, el éxito individual y colectivo esta asegurado.
Enhorabuena y felicidades, campeones.
