El conjunto maragato ha mejorado notablemente sus prestaciones tras el mercado invernal, gracias a los jugadores que han llegado cedidos por la SD Ponferradina

Arrancó el 2016 de forma inmejorable para el Atlético Astorga, después de ser el primer visitante en sumar los tres puntos en el campo del líder. A Malata fue testigo de las primeras señales de renacimiento de un equipo casi sentenciado al descenso de Tercera División. Y es que el triunfo frente al Racing de Ferrol fue significativo para un conjunto que había sufrido demasiado en la primera vuelta de competición.
Precisamente, tras la derrota en los Anexos del José Zorrilla, la Junta Gestora del cuadro astorgano optaba por destituir a Álvaro García Moreno y darle el banquillo a Paulino Martínez Soria. Mejoró el Atlético Astorga sus números con la llegada del técnico manchego, pero el verdadero cambio radical comenzó a fraguarse a finales de diciembre, justo antes de abrirse el mercado invernal.
Paulino pide salidas
El propio entrenador lo inició tras empatar con la SD Compostela. Paulino Martínez Soria indicó la puerta de salida a varios jugadores, curiosamente muchos de los recién fichados por Álvaro García Moreno. Los primeros en tenderle la mano al preparador manchego fueron Ricky Alonso, que recaló en el filial del Alcorcón; y Fa, que volvió al Leganés antes de ser cedido al Sariñena.
No iban a ser los últimos en abandonar la disciplina del Atlético Astorga. La zona ofensiva fue la siguiente en vivir movimientos. Antonio Pino, con un solo gol en su haber, firmó con el Guijuelo después de rescindir su contrato con el conjunto maragato. Misma situación que la vivida por un Marcos Fernández que apenas dispuso de minutos y recaló en la SD Logroñés.
En los últimos días del mercado invernal, Manu Martínez y Dani Pevida –dos de los señalados por Paulino Martínez Soria– buscaron de forma incesante un acomodo que satisficiera a las dos partes. El centrocampista asturiano fue el primero en encontrarlo en el Grupo II de Segunda División B, al firmar por el Leioa. Más curioso es el caso del lateral andaluz, que después de no jugar ni un solo minuto con el Atlético Astorga en El Montecillo, llegaría a un acuerdo con la Arandina para reforzar a los burgaleses, a los que se había enfrentado solo un día atrás.
El convenio con la SD Ponferradina clave para reforzar
Estas salidas fueron posibles gracias al acuerdo al que llegó el Atlético Astorga con la SD Ponferradina. Los dos conjuntos firmaron una colaboración que beneficiara a los dos equipos. El club presidido por José Fernández Nieto abría su abanico de jugadores jóvenes seguidos para que estos pudieran reforzar, en calidad de cedidos, al cuadro maragato. El objetivo no era otro que acercar posturas para una futura filialidad.
Así, ‘Pulpo’ Romero fue el primero en abrir la veda, con el objetivo de reemplazar a Javi Díez, que de forma sorprendente se veía obligado a colgar los guantes debido a una lesión crónica en el hombro. Juampa Barros, Iago Beceiro, Uxío Marcos y Fernando Ribas acompañaron al cancerbero manchego como nuevas llegadas en el mercado invernal vía berciana. La SD Ponferradina cedía al Atlético Astorga a cinco jugadores a los que seguía, con el objetivo de calibrar las posibilidades de contar con ellos en la Liga Adelante.
A pesar de ello, el refuerzo más ilusionante llegó gracias al retorno de un jugador. Héctor Taranilla volvía al conjunto maragato después de su experiencia en el Mérida AD, donde fue de más a menos hasta quedarse sin sitio por la llegada de Vicente Moscardó. Aunque el talentoso centrocampista leonés firmaba por el Atlético Astorga lesionado y su reaparición tuvo que esperar varias semanas.
Los cedidos permiten soñar
La situación del Atlético Astorga no era la mejor. Situado en los puestos de descenso, la irregularidad en el mes de enero no invitaba demasiado al optimismo, aunque sí es cierto que cumplió las previsiones de su entrenador. Paulino Martínez Soria aseguró que sumando siete puntos cada mes sería suficiente para mantener la categoría y esos fueron los números de los jugadores del conjunto astorgano.
Pero fue febrero el mes para soñar. El Atlético Astorga sumó tres victorias y un empate, lo que le supuso salir de la zona de descenso veinte jornadas después. En los encuentros frente a la UD Logroñés, la Peña Sport, el Izarra y el filial del Sporting de Gijón emergió la figura de los cedidos por la SD Ponferradina.
‘Pulpo’ Romero sumó más de 300 minutos sin encajar gol, haciendo olvidar a Javi Díez, gracias a su seguridad y su solidez bajo los tres palos. Uxío Marcos se asentó en el pivote defensivo, otorgando a los suyos un equilibrio fundamental que ha rebajado las ocasiones concedidas y ha dado mayor libertad a los jugadores de arriba. Además, Juampa Barros aprovechó la ausencia de Ivi Vales para hacerse con un sitio en el extremo izquierdo, en el que con su desborde y velocidad fue un incordio para los defensas rivales.
Aunque, sin duda, la sensación del Atlético Astorga tiene nombre y apellidos: Iago Beceiro. El delantero coruñés dejó atrás los problemas extradeportivos para volver a su máximo nivel y demostrar que es un jugador muy válido. Con goles y una espectacular muestra de su potencial físico, el del Temple ya ha llamado la atención de la SD Ponferradina, que lo ha atado para las próximas dos campañas.
Filial desde la próxima temporada
El acuerdo del Atlético Astorga con la SD Ponferradina crecerá a partir del próximo mes de julio. Los socios del conjunto maragato aprobaron por mayoría el pasar a ser el filial del cuadro berciano. Así, si los dos equipos mantienen sus respectivas categorías esta campaña, en la próxima uno será el filial del otro. Los blanquiazules podrán echar mano de los jugadores que quieran y los de la Ciudad Bimilenaria se beneficiaran de ello.
El principal punto a favor es que al Atlético Astorga podrán llegar jugadores jóvenes y con potencial, que podrían ser válidos para la SD Ponferradina. El potencial de los astorganos aumentaría sustancialmente y, además, no se vería obligado a desembolsar un sueldo desorbitado para las humildes características del conjunto presidido por Sagrario González, que fue la impulsora de este proyecto.