La Federación Española del oval ha concedido la organización del evento en dicho escenario a los dos finalistas, el VRAC y El Salvador

Foto: El Norte de Castilla
Es Valladolid la catedral del rugby en España, sin ningún género de duda. No hay otra ciudad en toda la piel de toro con dos conjuntos con la solera del Quesos y del Chami. Clasificados ambos para la final de la Copa del Rey, no quedaba otra que oficiar la ceremonia en la catedral.
En Pepe Rojo, podían –y pueden– pensar los amigos de la tradición. Pero hace semanas, desde la citada clasificación, incluso, que se venía hablando de que a lo mejor el VRAC Quesos Entrepinares y el SilverStorm El Salvador podrían enfrentarse en un escenario de excepción como es el Nuevo José Zorrilla. Y así será.
El coliseo blanquivioleta acogerá dicha final el diecisiete de abril entre quienes hoy son primero y segundo en la División de Honor del deporte oval.
Elevada dicha propuesta a la Federación Española del oval, con el respaldo y el interés del Ayuntamiento de Valladolid, y con la ‘connivencia’ del Real Valladolid, faltaba la confirmación, que se ha producido este martes por la mañana, tal y como han oficializado ambas entidades de rugby a través de sus canales oficiales en redes sociales.
A principios de febrero, Carlos Suárez, presidente del Real Valladolid, titular de la licencia del estadio, de propiedad municipal, se mostraba contrariado ante esta opción. Si bien reconocía que Zorrilla «es la casa para celebrar todo tipo de eventos para todos los vallisoletanos», añadía que así ha de ser, eso sí, «siempre que no interfiera en el normal desarrollo» de la competición liguera.
Y es que ese mismo fin de semana el conjunto blanquivioleta se enfrenta en casa al Real Zaragoza, llegados a este punto, es de esperar que, como muy tarde, el sábado dieciséis. Ciertamente, estas palabras y las siguientes que profirió –«los primeros que harán lo posible para que todo salga fenomenal somos nosotros»– no indican ese cierto malestar, pero el tono y la cara reflejaban que quizá no era lo que más le apetecía, posiblemente debido al estado del césped del estadio, que sufrirá un mayor deterioro si cabe con esta decisión.
No obstante, invitaba a esperar al ‘veredicto’ de la televisión, de quien dependía en último término la fecha del partido. Este domingo, después del empate de su equipo ante el Numancia, explicaba fuera de micrófono que el interés del operador televisivo es retransmitir ese domingo el Nàstic de Tarragona – Real Oviedo, por lo que todo parecía indicar que sí, que Zorrilla sería sede de la final oval.
A Alberto Bustos, concejal de deportes, se le pudo ver departiendo al final del mismo choque ante los numantinos con Jorge Santiago, director de operaciones del club. Preguntado por los periodistas que se encontraban en zona mixta, explicó que todavía no sabía nada, pero que esperaba que «mañana o pasado» hubiera «buenas noticias», en referencia a la designación producida hoy martes.
De esta manera, se viene a confirmar lo que era, sino sabido, sí al menos esperado: que la ciudad se volcará con la final de la Copa del Rey entre dos enemigos íntimos, en un marco incomparable y, se aguarda, ante miles de testigos, más de los que frecuentan Pepe Rojo. Esta parecía –y parece– ser una de las razones que invitaban a convertir Zorrilla en lugar de culto. Ahora falta que, efectivamente, Valladolid se vuelque.