Yuri de Souza, exariete de la Ponferradina que endosó un hat-trick al Real Valladolid en el partido de ida, zarpó de la nave berciana en el mercado invernal

‘O Fenómeno’ berciano no podrá repetir la gran hazaña del partido de ida ante el Real Valladolid. Y es que el pasado seis de septiembre, Yuri encasquetó un triplete a la escuadra blanquivioleta, acelerando los corazones, una vez más, de los aficionados de El Toralín. Corría la tercera jornada, con muy poco hecho y con mucho por hacer, pero ya evidenciaba la dificultad que siempre supone jugar en el feudo leonés. Coincidencia o no, dicha goleada se produjo justo 365 días después del hat–trick –en algo menos de media hora– que se llevó el Betis del brasileño en su visita a Ponferrada.
Tal resultado fue quizá una pena demasiado excesiva para los que fuesen pupilos de Garitano por aquel entonces, marcada, en gran medida, por la expulsión de Juanpe, que vio la segunda amarilla al propiciar una patada a Acorán en un intento de despeje. La pena máxima, transformada por Yuri, supuso el inicio del ocaso visitante. De esta forma, el delantero brasilero, acompañado por un Acorán brillante, mermó al Real Valladolid anotando en los tres momentos clave, disipando, así, cualquier alternativa blanquivioleta.
El Real Valladolid gusta a Yuri. A estos tres tantos del choque aquel, hay que sumarle el gol que anotó también en su feudo la pasada campaña. En total, cuatro goles en tres partidos que le han llevado a desconocer la derrota ante los blanquivioletas. Mas ahora el cuadro pucelano no será su víctima. Ya no. El sábado, el Valladolid podrá respirar no tranquilo, pero sí aliviado, pues sin él, el sufrimiento de la zaga será, esperemos, menor.
Yuri no volverá a ejercer de killer. La bestia no volverá a hacer sangre. Esta vez no podrá reiterar la misma gloria, pues el idilio entre la Deportiva y su estimado delantero llegó a su fin este mes, en el mercado invernal. Después de casi siete años vistiendo la elástica blanquiazul, el polivalente punta brasileño decidió poner punto y final a su etapa en la liga española para probar suerte en el Qingdaoo Huan-ghai, equipo militante de la segunda división china y que le ofertó una importante cantidad económica.
Además, el lugar de encuentro será el Nuevo José Zorrilla y no El Toralín, un campo maldito para los blanquivioletas, del que nunca han podido marchar con más de un punto bajo el brazo. Dos empates y dos derrotas es el bagaje cosechado por el Valladolid en sus últimas salidas a El Bierzo. No obstante, Zorrilla también asusta a los bercianos, que no han sido capaz de vencer aún en el ‘Estadio de la pulmonía’.
A la salida de ‘O Mago’ se le suma, además, la caída en picado que está sufriendo el equipo leonés. Tras la victoria recabada en la decimosexta jornada ante Osasuna, el cuadro berciano no levanta cabeza y ha entrado en declive: acumula siete semanas sin conocer el triunfo, siendo la derrota ante el Mallorca el pasado domingo la cuarta consecutiva.
Así, de los últimos veintiún puntos en juego, el conjunto blanquiazul ha sumado tan solo uno, encontrándose, de esta forma, a dos de los puestos de descenso a Segunda B. Dichos resultados abrieron la puerta de salida a Manolo Díaz, técnico que sumergió a la Deportiva en el sueño de disputar el play-off de ascenso la pasada campaña, manteniéndose, finalmente, en la séptima posición.
La marcha de Yuri se produce, por tanto, en un momento muy delicado para una Ponferradina que no ha encontrado a quien lo remplace y que dejará los goles a merced de delanteros cuyos números distan demasiado de los cosechados por el exblanquiazul. En esta temporada, el ariete brasilero anotó nueve tantos, frente a los cuatro de Berrocal y a los tres de Djordjevic.
Foto: futbolplus.com
Conscientes de que dada la situación actual dejar marchar a un jugador de su calibre no era lo más apropiado, el club reconoció que no pudo oponerse a la decisión de un futbolista que les ha dado todo. No obstante, el punta brasilero está seguro de que su despedida no supone un adiós, sino un hasta luego, y volverá a reencontrarse con su afición.
Yuri siempre se ha caracterizado por su faceta goleadora. Ya despuntó en el Pontevedra CF en Segunda División B, equipo en el que comenzó su estancia en España, en el que militó durante tres campañas –2005/06, 2006/07 y 2008/09– y del que salió con 56 goles en el bolsillo (tras coincidir con su primo Charles y su hermano Igor).
Su única temporada en blanco fue la 2007/08, cuando recaló en la UD Las Palmas, equipo con el que disputó tan solo doce encuentros. Su arribada a la entidad blanquiazul en 2009 dio comienzo a su etapa más fructífera como futbolista, erigiéndose como el segundo máximo goleador de la historia del club con 96 goles.
Fue pieza clave del rompecabezas que supuso el ascenso a Segunda División en el año 2011/12; en la campaña correlativa disputó el mayor número de encuentros de su carrera –un total de 42–, situándose como el tercer máximo anotador de la categoría de plata; en la 2013/14 fue galardonado con el premio a mejor jugador americano de la Liga Adelante y, en el curso anterior, revivió el duro golpe de quedarse a las puertas del play-off, como ya ocurrió dos años atrás.
Ahora, la afición berciana no coreará más su nombre, ni disfrutará de sus goles. No volverá a ver bailar samba sobre el césped de El Toralín al que fuese su capitán por cuatro temporadas, al menos, por el momento. Su loable trabajo durante estos años en la Deportiva dificultará su olvido e incrementará la añoranza, el anhelo por su vuelta, el ansia por sus goles.
La baja de Yuri, sumada al mal lapso de la escuadra leonesa en los últimos encuentros y a las estadísticas favorables al conjunto blanquivioleta en su estadio, ponen de manifiesto una buena oportunidad para el Real Valladolid de añadir una victoria más a su particular racha de cuatro partidos consecutivos sin saborear el amargo aroma de una derrota.