Tras la destitución de Manolo Díaz, Tomás Nistal se ha hecho con las riendas del equipo hasta la llegada de un nuevo técnico al banquillo berciano
Foto: El Bierzo Noticias
Que la liga en Segunda no es fácil está claro. Que se llega a hacer demasiado larga, también. Y que los platos rotos los pagan los entrenadores, un hecho. Y sino que se lo digan a la Ponferradina, que este domingo ha destituido a su técnico tras siete jornadas seguidas sin conocer la victoria.
Con este último movimiento, ya son diez los técnicos que han dejado el banquillo antes de tiempo en lo que llevamos de temporada. Y si los quince del año pasado ya parecían un número alto, no es tan raro especular sobre si este año se superará o no la cifra.
El último en unirse a esta lista ha sido Manolo Díaz. El ya exentrenador de la Ponferradina ha abandonado el Toralín después de un año y medio al frente del equipo berciano. Su sustituto provisional será Tomás Nistal, que ya vivió una situación similar hace cinco temporadas –cuando tuvo que hacerse cargo del plantel después de la destitución de Carlos Granero–.
Buscando entre las causas que han llevado a la directiva a tomar esta decisión, se puede observar que ha sido un cúmulo de circunstancias lo que ha precipitado la salida de Manolo Díaz de la entidad. El descontento generalizado de la afición ante la falta de resultados, unido a la salida de un jugador vital como Yuri, ha provocado que el madrileño abandonase El Toralín.
Razón no le falta a la afición berciana para estar enfadada, pues en dos meses el equipo ha pasado de estar noveno a colocarse a tan solo un par de puntos de los puestos de descenso. Y es que desde la última victoria, cosechada el seis de diciembre ante Osasuna, la Ponferradina solo ha sumado un punto de veintiún en juego.
Seis derrotas y un solo empate han sido el pobre balance del equipo berciano en este período de tiempo. Ni siquiera la Copa del Rey ha ayudado al madrileño para animar a la plantilla, pues la Ponferradina cayó eliminada ante el Eibar una semana antes del parón invernal. Más bien todo lo contrario ya que la derrota copera se sitúa en el origen de los malos resultados que han terminado con el final ya de sobra conocido por todos.
Su trayectoria al frente del equipo no ha servido para que Manolo Díaz pudiese seguir una jornada más en el banquillo berciano. La temporada pasada el madrileño clasificó al equipo séptimo, quedándose a las puertas del play-off de ascenso por un punto. A pesar de no lograr el objetivo, la Ponferradina se mantuvo hasta el último partido con opciones de terminar sexto y luchar por subir a Primera.
En lo que respecta a la presente temporada, el conjunto berciano se ha caracterizado por su regularidad en la clasificación. Ocupando puestos de mitad de tabla durante este primer tramo, la Ponferradina parecía destinada a firmar una actuación similar al del año pasado.
Más allá de los ya comentados malos resultados, la marcha de Yuri ha supuesto el golpe de gracia para Manolo Díaz. A pesar de que ninguno de los dos se ha pronunciado públicamente al respecto, desde un entorno cercano al club se apunta que la relación entre jugador y entrenador era casi nula.
Una salida que ha terminado por hundir al técnico madrileño. Tras la derrota ante el Mallorca el pasado domingo, la directiva de la Ponferradina decidió rescindir su contrato y dejar de contar con sus servicios. Su lugar lo ocupará provisionalmente Tomás Nistal, secretario técnico del club.
A pesar de que son varios los nombres que suenan para el banquillo de El Toralín, la hipótesis que va cogiendo fuerza según pasan las horas es que el sábado será Nistal quien ocupe el área técnica del José Zorrilla. No lo tendrá fácil el Real Valladolid, pues enfrente estará un equipo herido que intentará hacer bueno el conocido «entrenador nuevo, victoria segura».