El palentino se coloca como tercer máximo goleador del filial, con tres goles en apenas 280 minutos

Ante la falta de gol, bueno es Adrián. El palentino habrá gozado de pocas oportunidades en su primer año en el Real Valladolid B, pero no se puede decir que no las esté amortizando al máximo. Porque, además, sabe cómo hay que convencer cuando no se cuenta con protagonismo: con tantos.
La relación de Adrián con el gol no supone ninguna novedad. El año pasado, en el Juvenil A, fue el pichichi del equipo con trece tantos. Casi un tercio de los goles totales del conjunto entrenado por Chuchi Macón la campaña pasada fueron anotados por él, un mediapunta que también puede actuar en el medio del campo, pero eso sí, con la portería entre ceja y ceja.
Adrián destaca por eso, por ser un hombre gol. La temporada pasada, como decimos, se erigió como tal ante la falta de rentabilidad goleadora de los delanteros, una situación similar a la actual en el Real Valladolid B. Hasta tal punto que, con apenas 280 minutos, es el tercer máximo goleador del filial.
Jose y Caye, habiendo disputado la mayoría de los minutos con el Promesas, dirigen la tabla goleadora con cinco y cuatro goles respectivamente. Tanto el talaverano como el de Isla Cristina duplican o, incluso, triplican los minutos disputados a las órdenes de Borja Jiménez –también con Albés–. Es por ello que Adrián se haya convertido en la alternativa respecto al gol.
Aunque siendo justos, este año tampoco es que el palentino haya generado dichas oportunidades, pero, al menos, está ahí para empujarla. La falta de rendimiento de cara a portería es algo que el filial parece que mejora, pero que acusó fuertemente en las primeras jornadas. No obstante, los goles del palentino en la presente campaña han sido en circunstancias favorables.
Ante Compostela y Atlético Astorga, los tantos de Adrián llegaban tras sendos contragolpes que el palentino no perdonaba. Ambos goles se produjeron en los minutos finales, esos que ha aprovechado para hacerse con la oportunidad de tener su primera titularidad ante el Somozas y la segunda, precisamente, la semana anterior ante el Burgos.
En el derbi frente a los burgaleses volvió a mojar. Eso sí, gracias al centro de Toni y, sobre todo, a la acción de Dani Vega, a quien «le quitó el gol». Pero Adrián es así. No en el sentido de que es un mal compañero que les «roba goles», sino que aprovecha y exprime al máximo las escasas oportunidades recibidas para un jugador que el año pasado jugó todo lo posible con el Juvenil de División de Honor y, además, siendo de lo más destacado.
Ante el Somozas debutó como titular por las expulsiones de Renzo y Mayoral sufridas ante el Pontevedra. Frente al Burgos, más de lo mismo. La sanción de Caye y el ciclo de amonestaciones de Mario volvieron a abrir las puertas de la titularidad a un Adrián que, por goles y méritos propios, merece ser la alternativa en un Real Valladolid Promesas que no anda sobrado de cara a puerta.