El ex del Cádiz ya se ha convertido en pichichi y revelación del Real Valladolid gracias a su regularidad y sus nueve goles en liga
No nos vamos a engañar, pese a la victoria del pasado domingo en Mallorca, el Real Valladolid no vive su mejor momento. A cualquier aficionado al que le hubieran explicado a principio de temporada la situación actual no solo no la hubiera firmado, sino que probablemente ni se la hubiera creído. Pero hay algo con lo que quedarse tras el final de la primera vuelta, y precisamente se encuentra con facilidad en el último partido disputado en las Islas. ¿Su nombre? Ya lo saben, Juan Villar.
No es que el extremo firmara su mejor actuación en lo que va de año –de hecho, pese al gol que dio los tres puntos apenas se dejó ver entre tanta camiseta rojilla–, pero sí se trata del jugador que más en boga se encuentra para el Pucela. Gol de Villar, gol de Villar, gol de Villar… Así hasta nueve veces. Y es que el ex del Cádiz ya ha celebrado nueve tantos esta temporada, cuando tan solo se llevan veintiún partidos disputados.
Sin duda, el clavo ardiendo al que ya se agarra el Real Valladolid. Si bien su cometido a principio de temporada era el de aportar goles, después de que las tres anteriores con el Cádiz fueran las más prolíferas de su carrera con doce, diecinueve y diez tantos, lo cierto es que no se trataba del principal.
Pero ahí está. Pichichi del equipo y una de las pocas esperanzas que reconoce por activa y por pasiva la afición. Y es que más que números, que son fáciles de contabilizar y de comparar, Juan Villar está aportando esas ganas, arrojo y desparpajo que no está mostrando el resto del equipo, aunque a veces no esté del todo acertado. El único capaz de echarse al equipo a las espaldas y en su posición de extremo –o de mediapunta, que no solo se ha quedado pegado a la cal– se ha atrevido a buscarle las cosquillas a la defensa rival con algún regate o maniobra arriesgada.
Sí, Villar cuenta con algo que no tiene casi ningún otro miembro del vestuario en el presente y que es fundamental para cualquier futbolista como es la confianza. Esa palabra con la que un jugador es capaz tanto de poner un centro en condiciones como de dar cinco pases seguidos con acierto, además de golpear un balón a portería que parece imposible. Por eso, en parte, tampoco ha necesitado tantas ocasiones para llegar a los nueve goles. ¿El problema? Que el resto de compañeros parecen no contagiarse de esta actitud.
Y puestos a hacer preguntas, ¿cómo han sido las nueve dianas de Villar con la blanquivioleta? Pues los ha habido de todas las facturas, aunque con un factor común; todos han sido dentro del área. Si bien el extremo puede presumir de una buena capacidad de centro, no así de tiro potente. Cuatro con la diestra, tres con la zurda y dos de cabeza. Eso sí, no impresionantes, pero nueve dianas como nueve soles. Y es que eso puede acabar siendo Juan Villar para el Pucela; el astro rey que acabe iluminando el camino de un ascenso que, a día de hoy, está lejos.