Kepa y Julio se han encargado de defender la meta del Real Valladolid, en la que ha destacado el cancerbero vasco

Si hay una línea que se ha mantenido regular en el Real Valladolid, esa es la portería. De hecho, se podría decir que ha mejorado con el paso de las jornadas. Las intervenciones de Kepa son habituales en cada partido que disputa el conjunto blanquivioleta. Muchos dirán que los cancerberos están para eso –sí–, pero el vizcaíno se encuentra en un gran estado de forma.
Ser el portero titular de la selección española sub 21 no es algo que consigue cualquiera en los tiempos que corren, donde los metas nacionales muestran un nivel muy alto. La perla de Lezama aterrizó en la Avenida del Mundial 82 este verano. En calidad de cedido, claro. El curso pasado demostró en la Ponferradina su potencial y Braulio Vázquez quería tenerle en su equipo.
Ha sido uno de los jugadores más utilizados en la primera vuelta. Parecía que iba a compartir tarea con Diego Mariño, pero este finalmente salió al Levante. La dirección deportiva blanquivioleta quería seguir apostando por la juventud, por lo que logró la cesión de Bruno Varela, también titular con Portugal sub 21.
Esa situación provocó un hecho extraño, ya que el cancerbero titular del Promesas es más mayor que los dos del primer equipo. Además, Julio Iricibar se encuentra por delante de Bruno Varela en cuanto a minutos disputados, ya que el luso no se ha estrenado con la camiseta del Real Valladolid. Sin lesiones, ni sanciones y con Kepa manteniendo este buen nivel, el portugués debutaría en la jornada 31 ante el Mirandés en Anduva. ¿Por qué? Es simple. El vasco tiene un compromiso oficial y otro amistoso con la sub 21 española y su compañero de fatigas solo uno, el jueves veinticuatro de marzo.
Kepa Arrizabalaga ha disputado diecinueve partidos con el Pucela, en los que ha encajado veintidós goles –veinte en Liga y dos en Copa–. Sus paradas han evitado muchos más. Se ha encontrado muy solo en la mayoría de los partidos, ya que la zaga blanquivioleta no se ha mostrado todo lo contundente que debería para, así, no tener tantas complicaciones en el área.
Sus buenas intervenciones le han colocado como líder de la clasificación del ‘II Trofeo Blanquivioletas al mejor jugador’. Ha conseguido dejar su portería a cero en cinco ocasiones (Alcorcón, Bilbao Athletic, Nàstic de Tarragona, Albacete y Mallorca) y, en Liga, ha realizado 71 paradas. Sus reflejos, el poderío en el mano a mano y la evolución en los balones aéreos son los puntos más fuertes de un Kepa que parece tener un futuro prometedor.
Los sueños
Foto: Raquel Gómez
Él sueña con afianzarse como guardameta del Athletic Club, ya que quiere hacer de San Mamés su casa definitiva. Ese también es el deseo de Julio, aunque cambiando al conjunto vasco por el Real Valladolid y al estadio rojiblanco por Zorrilla. Este curso ha debutado como titular con el primer equipo, aunque ya se estrenó el pasado desde el banquillo.
Los partidos frente al Real Oviedo y Real Zaragoza le han servido de oportunidades en el fútbol profesional. Ante el primer rival, en casa, no le fue bien, ya que encajó tres goles y no estuvo del todo acertado, contagiado por la fragilidad defensiva del equipo. Pero en el segundo, en La Romareda, la situación fue totalmente diferente. Cargado de confianza, incluso, se permitió sacar a relucir su talento en los pies, pero, además, frenó todas las acometidas de los maños para salir con un rosco en el marcador y, así, contribuir a la victoria. Entre los dos encuentros, sumó nueve paradas.
El objetivo del Real Valladolid en la segunda vuelta debe ser continuar sin encajar muchos goles. Dejando la portería a cero siempre sumará puntos, por lo que, si el nivel defensivo subiera, el conjunto de Miguel Ángel Portugal podría caminar por la senda de la felicidad en esta parcela. Lo que está claro es que en la meta hay buen nivel y lo ideal sería transmitirlo al resto de líneas.