El Real Valladolid pretende acometer en este mercado invernal al menos dos incorporaciones. El defensa es prioritario por delante del punta, y si alcanza, se podría intentar fichar a un medio

Cuando se habla del mercado invernal, por aquello de que lo hace en vísperas de la Noche de Reyes, la afición y la prensa tienden a elevar a Sus Majestades sus peticiones. No así las direcciones deportivas, que prefieren trabajar por su cuenta, no sea que los magos les traigan una bicicleta, como le pasó a quien aquí escribe, cuando lo que en realidad quería/necesitaba era un reloj o un balón de fútbol.
Así, Braulio Vázquez prefiere no dejar a los designios de los monarcas sus deseos y será él mismo quien trate de aprovechar o incluso de apurar las rebajas. Ciertamente, esto puede sonar negativo, pues por el término en cuestión en ocasiones se hace al producto de menos, si bien son muchos los que recurren a ese periodo incentivado para colmar sus necesidades o, para el caso, a esta segunda ventana después de detectar otras o habiéndose agravado las primeras.
En el Real Valladolid se han dado las dos circunstancias. El paso de las jornadas ha venido a confirmar que hace falta un central y, además, un delantero.
Desde que comenzó el curso, el conjunto blanquivioleta cuenta solo con Marcelo Silva, Samuel y Juanpe para la primera posición. Suman hasta el momento dieciséis partidos el primero y once los dos últimos, cifra quizá baja, teniendo en cuenta que han transcurrido diecinueve jornadas, que responde a distintos avatares. A mayores, en ese puesto han actuado Mario Hermoso y David Timor.
Los tres primeros encuentran una similitud, y es que todos ellos son más bien lentos. Más allá de esto, Marcelo Silva maneja el tackling y trata de ser la anticipación, Samuel es pegajoso y agresivo, ambos son virtuosos a balón parado y Juanpe es el más ducho de los tres para sacar el balón, sobre todo en largo. Aquí, en la salida del esférico, es donde se radica el mayor problema de la zaga, al margen de la velocidad.
De esta modo, se entiende que los tiros pueden ir o bien por firmar a un central de los llamados ‘correctores’ o bien por uno que con mayor una clarividencia en la salida de balón (si es que no se puede aunar ambas figuras). Más aún teniendo en cuenta que Miguel Ángel Portugal da mayor preponderancia que Gaizka Garitano al intento de hilvanar jugada.
Quizá con el entrenador con el que el Real Valladolid empezó el curso habría tenido más sentido que el perfil de los centrales fuera otro, sobre todo si Garitano hubiera sido fiel a sí mismo y no se hubiera perdido entre lo que él quería y lo que querían otros. Ahora, que lo de los otros es lo que se busca, se necesita un central distinto. Incluso, se puede explorar una tercera condición: que sea un jugador capaz de ‘doblar’ y jugar también como lateral (preferentemente izquierdo).
En todo caso, a día de hoy parece que quien venga, por el número de partidos disputados por Marcelo Silva, hará pareja con él. Hasta ahora, Samuel es quien más ha actuado junto al charrúa, en nueve ocasiones, por las seis de Juanpe y la única de Timor, en uno de esos intentos de jugarla desde atrás más y mejor.
El resto de parejas que han formado desde inicio son las formadas por Juanpe y el circunstancialmente reconvertido Mario Hermoso (dos veces) y por Timor y Juanpe (una). Sorprende –o no– lo inédito del dúo formado por Juanpe y Samuel, titular solo en Copa del Rey.
Foto: Real Valladolid
Los puntas: 1.531 minutos, tres goles
Los datos pueden parecer fríos, pero encierran una realidad: los ‘nueves’ del Real Valladolid no son goleadores, o por lo menos carecen de gol en la actualidad. Así, independientemente de que el equipo genere más o menos peligro, las cifras de los delanteros no son buenas, toda vez que llevan tres goles –los tres de Rodri– en 1.531 minutos.
Y no solo es que los delanteros marquen poco, es que generan lo mismo o menos. Carecen de un número elevado de ocasiones, en parte, porque no son desequilibrantes. Hasta ahora, a Rodri y Diego Rubio, que son quienes han jugado, verdaderamente, se les ha visto fajarse con los centrales o desmarcándose, pero nunca encarando a su par de tal manera que la oportunidad de marcar viniera por su propio juego.
El oportunismo, el manejo del espacio y el vivir del juego de otros no parecía del todo una mala opción en un primer término, teniendo en cuenta que la intención primera era generar por fuera y siendo verticales. Toda vez que el Real Valladolid se ha convertido en algo más horizontal y/o estático, parece necesaria la presencia de un ‘nueve’ que mezcle más y/o más capacitado para generar sus propias ocasiones.
Esto se entiende así, también, porque por detrás no siempre se crea tanto como se debiera o gustaría. Así, aunque Juan Villar ha aportado ocho tantos, la segunda línea no se ha mostrado ni mucho menos excelsa en esta faceta y ha sumado ‘solo’ siete goles más, lo que, todo uno, hace que el Pucela sea apenas el décimo equipo más goleador.
Mediocentro, ¿de qué tipo?
Antes de Navidad, Braulio Vázquez reconoció a El Norte de Castilla que, a mayores podría venir un mediocentro «o no», sin determinar el perfil. Podría ser defensivo, si uno tiene en cuenta que los que hay en nómina tienen diferentes virtudes o especificidades que les convierten en válidos (no a todos), pero quizá no hay un especialista.
Lo cerebral de Álvaro Rubio hace de él un medio que luce, sobre todo, como cabecero, en la salida de balón, aunque nunca ha podido ser considerado defensivo por su físico. André Leão, donde más suma, es en campo rival, asociándose en corto. David Timor es el de más despliegue y recorrido, y su capacitación le ha permitido incluso jugar como central, por lo que podría ser quien más se acerque. Pedro Tiba, por contra, es el más alejado: trabaja, pero se le ve más cómodo alborotando el gallinero del rival.
¿Y si es mixto? Podría. Aunque, si bien todo lo que llegue para mejorar será bienvenido, esto denotaría que no se confía en los que están o que en el último caso, el de Tiba, se aguarda que sume en otro rol, lo cual no sería del todo descabellado, teniendo en cuenta que ya ha actuado por delante en más de una ocasión y los citados problemas de conexión-peligro de la segunda línea.
Con todo, parece que para que llegue un jugador en esta posición se debe presentar una oportunidad única… y que cuadre en los parámetros que maneja el club, que son unos 400.000 euros para realizar las distintas incorporaciones. Una vez abierto el mercado este lunes día cuatro, hasta el veintinueve hay tiempo para ver qué sucede. Este dirá.