En líneas generales, no ha sido un buen año para los equipos castellanos y leoneses de la categoría de bronce del fútbol nacional
No pasará a la historia este 2015 por ser un año demasiado prolífico para los equipos de Castilla y León inmersos en el Grupo I de Segunda División B. Muy lejos de los objetivos iniciales se han quedado todos ellos en el último tramo de la temporada pasada y en el inicio de la presente, en la que todavía hay margen de mejora para conseguir mejorar unos resultados que, en líneas generales, se presuponían mejores.
Y es que este 2015 ha tenido luces y sombras, sobre todo en la figura del Zamora y de la Arandina. Los primeros caían a la Tercera División, después de más de quince temporadas consecutivas disfrutando de la categoría de bronce. A esta llega el cuadro ribereño, después de quedar campeón en el Grupo VIII y de eliminar a doble partido al potente Algeciras. Aunque estos 365 días han tenido de todo, y bastante negativo.
Dudas en los primeros meses

Foto: Rebeca Díez
El cambio de año llegó para todos los equipos de Castilla y León en posiciones tranquilas, fuera de los puestos de descenso e, incluso, muy cerca del liderato en el caso del Guijuelo.
Situación contraria a la vivida en Burgos, Zamora y, sobre todo, en Astorga, donde las posiciones de peligro se veían muy, muy cerca. Sustancialmente mejor lo tenía la Cultural Leonesa, que miraba hacia arriba y se situaba en puestos de clasificación para la siguiente edición de la Copa del Rey.
Pero el 2015 empezó ‘movidito’. En Astorga, tras caer 4-0 ante el Guijuelo en tierras salmantinas, Carlos Tornadijo dimitía por desavenencias con Sagrario González, presidenta del club de la Ciudad Bimilenaria. Hasta aquí, todo entendible. Pero la decisión del técnico burgalés llegaba a menos de veinticuatro horas de medirse al filial del Real Valladolid. El cuerpo técnico astorgano hizo lo posible y a punto estuvo de llevarse una victoria que se esfumó en quince minutos finales aciagos.
Y es que el caminar de los maragatos en estos cinco meses de competición fueron irregulares. Con la llegada de Pepe Calvo al banquillo, la mejoría en resultados permitió soñar con una salvación muy cercana en el mes de marzo. Una mala dinámica de seis encuentros sin conocer la victoria llevó al equipo a puestos de descenso por primera vez en su historia en la jornada 36.
La ilusión se esfumaba en Astorga. El conjunto dirigido por Pepe Calvo no dependía de sí mismo y debía esperar el tropiezo de sus rivales. El milagro ocurrió y, después de vencer a la Cultural Leonesa y el Guijuelo, el humilde Atlético Astorga sellaba la permanencia en su estreno en la categoría de bronce del fútbol nacional. Meritorio estreno en una división que parecía inimaginable años atrás.
Quince años después, el Zamora cae

Foto: La Opinión de Zamora
Uno de los principales rivales del Atlético Astorga por eludir el descenso fue el Zamora, un acompañante inesperado. Y es que a orillas del Duero nadie podía imaginar que su equipo acabaría descendiendo en mayo, tras terminar 2014 en la zona media de la clasificación. El arreón final ocultó el horrible inicio de temporada de los pupilos de Roberto Aguirre, que contó con una plantilla joven e inexperta.
Ese fue uno de los motivos de ese descenso del Zamora, aunque el fundamental, quizá, sea las ocho jornadas consecutivas sin conocer la victoria. Tuvieron que pasar dos meses para que el cuadro rojiblanco sumara su primera victoria de 2015, un uno de marzo ante la UP Langreo. A tiempo para la reacción, sí, pero sin sumar de tres en tres resultó una misión casi imposible. Dos únicas victorias más maquillan una temporada para el olvido a orillas del Duero.
Tras cuatro derrotas consecutivas, la entidad buscó un cambio de última hora para tratar de salvar la categoría por todos los medios. Quedaban solo tres jornadas por disputarse y Balta Sánchez sustituía en la dirección a Roberto Aguirre.
El preparador cántabro debutó con una contundente victoria ante el Real Avilés, que hizo creer en el sueño de la permanencia. Un mero espejismo. Dos derrotas ante el Burgos y frente a la Cultural Leonesa, en el Ruta de la Plata, fueron el final, por el momento, del Zamora en Segunda División B.
La Cultural recupera su estatus, el Burgos lo intenta
Dos de los históricos de la comunidad continúan buscando recuperar un estatus que han perdido en las últimas temporadas, debido al descenso a Tercera División que han vivido ambos. La Cultural Leonesa se acercó la campaña pasada, con un séptimo puesto que invita al optimismo de una parroquia que sueña con vivir de nuevo un play-off de ascenso a la Liga Adelante. Mucho más lejos se situó el conjunto burgalés, que no termina de encontrar su resurgir.

Foto: Rosa M. Martín
Y es que la irregularidad fue la tónica predominante del Burgos durante todo el 2015 y, sobre todo, la campaña pasada. El equipo dirigido por Gonzalo Arconada –tras la destitución de Fede Castaños en la primera jornada del año– no fue capaz de encontrar su mejor versión, ni de superar el décimo puesto de la clasificación. Muy lejos del objetivo de la Ciudad del Cid, que sigue soñando con recuperar su sitio.
Pudo ser mucho peor. El descenso estuvo muy presente durante buena parte de la competición, pero la excelente dinámica de final de temporada –tan solo una derrota en los últimos ocho partidos disputados– permitió acabar a los burgaleses en la duodécima plaza de la tabla. Aunque las sensaciones de la grada siguen siendo muy alejadas a lo que debieran.
Todo lo contrario vive, y vivió, la Cultural Leonesa en ese inicio de 2015. El cuadro culturalista se mantuvo todo el tramo final de la temporada entre la sexta y la séptima plaza, debido sobre todo al buen hacer de Javier Cabello en los mandos y la eficacia goleadora de Isaac Aketxe, que permitió a los leoneses soñar con el play-off de ascenso y conseguir la clasificación para la Copa del Rey, tras perder solo cuatro encuentros.
En Guijuelo, se diluye el sueño del play-off
Resultó ser la principal alternativa al todopoderoso Real Oviedo al principio de temporada, pero el 2015 no trajo consigo los resultados esperados y el Guijuelo terminó cayendo de los puestos de cabeza en beneficio del Real Murcia, Racing de Ferrol y UD Logroñés. Motivado sobre todo por las cinco derrotas consecutivas cosechadas entre los meses de enero y febrero.
Se mantuvo en posiciones de play-off de ascenso, pero a diez jornadas para el descenso caía a la quinta plaza, de donde ya no se movería más. Los pupilos de Fernando Estévez no fueron capaces de aprovechar los tropiezos de sus rivales y se quedaban a las puertas de repetir la gesta de la campaña 2013/2014. Así terminaba una temporada muy por debajo de lo esperado; no solo para el Guijuelo, sino para todos los conjuntos de Castilla y León en Segunda División B.
Aspire y de la Barrera marcan la época estival

Más allá del ascenso a Segunda División B de la Arandina, el verano estuvo marcado por el retorno de Rubén de la Barrera al Guijuelo, tras una campaña dirigiendo al filial del Real Valladolid; y la llegada del grupo inversor catarí ‘Aspire Academy’ a la Cultural Leonesa, salvando al conjunto leonés de una desaparición muy temida en años atrás.
Lo exótico siempre aporta miedo, pero después de seis meses se puede afirmar que la decisión de los gestores de la Cultural Leonesa fue la acertada.
La llegada de la academia catarí supuso un salto de calidad determinante para una plantilla que cambió de modo sustancial –manteniendo el bloque, eso sí– y lo hizo desde la parcela técnica con el fichaje de Juan Ferrando. En el horizonte, el play-off de ascenso.
Mismo objetivo que un Guijuelo, que tuvo que rehacer la plantilla después de la mayor parte de todos sus efectivos. El principal cambio de los chacineros fue la vuelta de Rubén de la Barrera, que no hizo otra cosa que devolver la ilusión a los aficionados de la localidad salmantina. Similar es la intención de un Burgos que vivió una situación prácticamente igual a la de los jamoneros, llegando a la Ciudad del Cid un entrenador contrastado –Ángel Viadero– junto a jugadores experimentados en la categoría.
Cambios y más cambios vivieron también el Atlético Astorga y la Arandina, con un objetivo más humilde que el de los otros representantes de la comunidad. Maragatos y ribereños trataron de reforzar sus plantillas con la misión de no pasar demasiados apuros en la temporada presente. Los primeros, cambiaron de técnico –Álvaro García Moreno– a pesar de conseguir la permanencia; mientras que los segundos, mantuvieron el bloque y a su director de orquesta.
Cultural y Guijuelo se cambian de posición

Si al principio de 2015 el Guijuelo se encontraba a la estela del Real Oviedo y la Cultural Leonesa en la zona noble de la clasificación, en la actualidad la situación es totalmente inversa.
El cuadro leonés se ha situado durante este primer tramo de temporada muy cerca del Racing de Ferrol; mientras que los pupilos de Rubén de la Barrera empezaron bien, pero con el paso de las jornadas se han ido diluyendo y han caído en puestos en la clasificación.
Y es que el andar de los dos conjuntos ha seguido un camino inverso. Fueron los chacineros los que mostraron mejores sensaciones en el arranque de la temporada, con una única derrota en las diez primeras jornadas. A partir de entonces la dinámica de los entrenados por de la Barrera varió completamente sumando seis de los últimos veinticuatro puntos en juego. A pesar de la novena posición, el objetivo del Guijuelo sigue siendo el play-off de ascenso a la Liga Adelante.
Por su parte, la Cultural Leonesa empezó la temporada de forma irregular, con ocho puntos de dieciocho disputados en las primeras jornadas. A partir de ahí, Juan Ferrando y sus jugadores iniciaron un crecimiento en juego y resultados que le llevó a la segunda plaza, solo superados por el Racing de Ferrol. El sueño de volver a disputar un play-off de ascenso es una realidad y en este mercado invernal, la Aspire Academy tratará de reforzar al cuadro leonés en su afán por subir a la Liga Adelante.
Los equipos burgaleses buscan la tranquilidad
A priori, el objetivo inicial del Burgos y la Arandina eran totalmente diferentes, pero la marcha de la temporada les ha llevado a ocupar puestos similares. El descenso ha sido un fantasma muy presente para ambos en este primer tramo de campaña, aunque aun así se resisten a pasar apuros. Los capitalinos sueñan con el play-off de ascenso; mientras, los ribereños esperan seguir alejados de los puestos de descenso a Tercera División.

Foto: Víctor Álvarez
Y es que el Burgos ha pasado por tres etapas muy diferenciadas en estos cuatro meses de temporada. Cinco jornadas ilusionantes llevaron a la afición de El Plantío a soñar con el ansiado play-off de ascenso. Aunque una sola victoria en los diez encuentros posteriores llevaba a los de la Ciudad del Cid a puestos de descenso, viviendo una situación similar a la de la campaña pasada. Pero las tres últimas victorias consecutivas devolvía las sensaciones al equipo y a la grada para afrontar un 2016 que esperan que sea muy diferente a este año que termina.
Si se habla de irregularidad, el mejor ejemplo es la Arandina. El cuadro ribereño recordará este 2015 por ser el de su retorno a la categoría de bronce tres temporadas después.
La vuelta a Segunda División B no ha podido ser mejor para los entrenados por Javier Bermúdez, que solo han estado en puestos de descenso durante una jornada. El Montecillo es el fortín que esperan que se mantenga inexpugnable, por el que pasa una permanencia posible, visto este primer tramo de campaña.
El Astorga se hunde
Tras unos meses de felicidad, la situación en Astorga se ha tornado en gris, hacia el negro, muy negro. El equipo maragato trató de mejorar su plantilla con la intención de no pasar los apuros de la campaña pasada, pero ha obtenido todo lo contrario. Cierra la clasificación al final de este 2015, después de acumular seis jornadas como farolillo rojo de la tabla.
Y es que de las dieciocho jornadas disputadas, el Atlético Astorga ha estado durante trece en puestos de descenso a Tercera División. Los malos resultados llevaron a la entidad que dirige Sagrario González a destituir a Álvaro García Moreno, que nunca fue capaz de conectar con la afición astorgana. Paulino Martínez Soria, que ya sonó en verano, se hizo cargo del equipo, pero la dinámica y las sensaciones de los suyos no han cambiado.
Por todo ello, el 2016 se presenta como una oportunidad de oro para que los representantes de Castilla y León consigan todos sus objetivos marcados a principio de temporada.