El Real Valladolid visita al Zaragoza, equipo menos goleado de la categoría –siete goles–, con el objetivo de sumar la primera victoria a domicilio y respirar en la clasificación
Al Real Valladolid no se le da mal La Romareda. Las últimas cuatro visitas se completaron con triunfos, en Primera y en Segunda. Curiosamente, el principal escollo con el que está lidiando el conjunto blanquivioleta durante esta temporada: no sabe ganar fuera de casa. Fútbol, juego de contrastes.
Con seis bajas del primer plantel para citarse con la escuadra menos goleada del campeonato –siete goles recibidos–, al Real Valladolid se le plantea el desafío, también, de asestar el primer golpe sonoro sobre la mesa. En un torneo tan rotundamente equitativo como la Segunda, de la victoria a la derrota sólo existe la pared de una habitación. Una pared de cartón piedra de entre la que en ocasiones se confunden los llantos de desconsuelo de los suspiros de alivio y gritos de alegría.
-Ranko Popović, entrenador del Real Zaragoza: «¡Perfecto, chicos, somos inexpugnables!».
……
-Miguel Ángel Portugal, preparador del Real Valladolid: «¡No os desaniméis, fuimos mejores 70 minutos. ¡A levantarse!».
Entre medias, seis puntos y un partido que puede insuflar más vigor si cabe a la positiva tendencia de los maños tras un inicio descontrolado o, por el contrario, depositar a los blanquivioletas en el casi definitivo escalón que aún contemplan desde abajo. Del miedo a la tranquilidad…
Retoques para suplir ausencias y tocados
El Real Valladolid deberá suplir en la portería la ausencia de los internacionales sub 21 Kepa y Varela y en el extremo zurdo la del colombiano Mojica, también con la Selección Colombia –se unen a las bajas por lesión de Moreno, Alfaro y Óscar–.
El llamado virus FIFA no sólo cala en el Nuevo José Zorrilla, sino también en los zaragocistas, ya que tampoco podrán contar con su principal baluarte en la defensa, el prometedor central Vallejo, ni con su portero titular, el marroquí Bono.
No obstante, Portugal mira atrás y se ve escoltado por Julio Iricíbar, el portero que siempre pareció estar a punto de saltar, pero nunca terminó de recibir el abrazo de confianza definitivo para echar raíces bajo la portería que siempre soñó con tapar.
Más problemas enfrenta el técnico pucelano en otras parcelas del campo: el mediocentro David Timor ha entrado a última hora en la lista, pero no está totalmente recuperado, Pedro Tiba continúa con molestias y en los extremos tendrá que cavilar las opciones para recomponer la línea de tres cuartos, dada la ausencia de Óscar y del citado Mojica. Así, se incrementan las posibilidades de que Guzmán forme de inicio, para reivindicar un rol que aún no ha adoptado.
Además, en defensa, Portugal ha probado durante la semana con Javi Chica en el lateral izquierdo y Javi Moyano, inutilizado por el entrenador burgalés, en el derecho lo que podría dejar un dibujo inédito hasta ahora en el primer cuarto de campeonato y relegaría a Hermoso al banquillo.
Más allá de onces más probables, la idea que quiere sellar Portugal en cada uno de sus jugadores es la de tener la pelota. Lo repitió en la rueda de prensa previa al encuentro como un mantra, consciente de que en su corta estancia en Valladolid su equipo solo ha competido con firmeza cuando ha controlado el balón.
Cree que el camino más corto hacia la estabilización de sus futbolistas pasa por procurar el protagonismo en la posesión. Dosis inviolable hacia la calma anterior al estallido de unas cualidades que insiste advertir en la plantilla. Pero que no terminan de emerger. Tal vez, cuando más próximo se encuentre el Valladolid del miedo más absoluto más cerca se hallará del cambio que no llega: de atravesar la endeble pared entre el pavor y la tranquilidad.
Los dieciocho futbolistas que tratarán de sumar la primera victoria a domicilio del Real Valladolid son: Julio Iricíbar, Dani Hernández, Javi Chica, Javi Moyano, Samuel, Marcelo Silva, Juanpe, Mario Hermoso, David Timor, Tiba, Leão, Álvaro Rubio, Juan Villar, Guzmán, Del Moral, Rodri, Diego Rubio y José.
El encuentro, el domingo quince de noviembre a partir de las doce del mediodía, será arbitrado por el colegiado Saúl Ais Reig. Antes del comienzo se guardará un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas de los atentados en París.