El Real Zaragoza es el equipo de la Liga Adelante que menos goles ha encajado hasta la fecha y con mayor saldo a su favor

Una máxima del fútbol más que obvia es que un equipo puntuará siempre que no encaje goles. Todos los entrenadores buscan, casi siempre en primer lugar, establecer una defensa sólida para construir todo lo demás una vez conseguido ese objetivo. Y no solo cuentan los zagueros, sino que todo el equipo debe contribuir en este aspecto con el fin de que llegue todo lo demás.
De esto puede presumir, y mucho, el próximo rival del Real Valladolid. Uno de los motivos por los que se encuentra asentado en la cabeza de la clasificación es por la gran fortaleza defensiva de la que dispone a día de hoy. Popovic ha conseguido una primera línea en el campo firme y segura, que le aporta rentabilidad en forma de puntos.
Cinco victorias, cinco empates y tan solo dos derrotas son los números que los maños han cosechado hasta el momento; datos que se vuelven más a su favor fuera de casa, donde es el único rival invicto de la categoría. Pero, buceando en estadísticas más concretas, uno se da cuenta de que el técnico zaragocista bien puede presumir de equipo.
Trece goles a favor. Tan solo siete en contra, en los doce encuentros ligueros que hasta el momento se han disputado. Es decir, el Real Zaragoza tiene un balance de +6 y encaja una media de 0’58 tantos por partido, lo que le hace erigirse como el equipo menos goleado de la categoría de plata del fútbol español.
En este mes de noviembre, en el que ya se han disputado dos de los cinco enfrentamientos, los zaragozanos no saben lo que es recoger el balón de su portería. Y en los últimos siete encuentros, en los que no han perdido, solo han encajado uno de los siete tantos recibidos en el campeonato.
Los centrales también marcan
Y es que, la fortaleza defensiva puede ser la llave que abra la puerta de la Primera División al final del campeonato. Más si cabe cuando los propios defensas marcan goles y tres de los trece tantos que tiene el Zaragoza a su favor los consiguieron sus zagueros. Tan importante es ser sólido como marcar goles, pero ninguna de las dos cosas podría darse sin continuidad.
De esto, precisamente, es de lo que ha dotado Popovic a dos de sus centrales. No son otros que Leandro Cabrera y Diego Rico, quienes suman en su contador particular 1.080 minutos, todos los correspondientes a los disputados en temporada 2015/16. Por lo tanto, ambos han sido titulares y han acabado cada uno de los doce encuentros hasta la fecha.
No cabe duda que tanto Cabrera como Rico están por méritos propios ahí, pero es digno de mencionar al lateral izquierdo. Diego Rico, burgalés de nacimiento, debutó con el primer equipo en la campaña 2013/14 de la mano de Paco Herrera y desde entonces peleó por un hueco que, finalmente, se ha ganado con la primera plantilla, con quien estará, por contrato, hasta 2018. Es más, con 75 encuentros disputados en Segunda, se ha convertido en el jugador con más partidos en esta categoría.
Dejando de lado las individualidades y centrándonos en la zaga como tal, el resto de sus compañeros pueden presumir menos que Diego Rico y Leandro Cabrera en cuanto a minutos se refiere. A una distancia importante de protagonismo se encuentra Jesús Vallejo.
El canterano, una de las joyas de la corona del Real Zaragoza, acumula 630 minutos, número que no podrá incrementar ante el Real Valladolid, puesto que se encuentra concentrado con la selección sub 21. Les sigue el lateral derecho Marc Bertrán, con 514, Isaac, con 495, Rubén con 405, y, con unas aportaciones más esporádicas, Abraham.
Jueguen más o menos, lo importante es que cada vez que lo hacen, salen con el carácter suficiente como para asumir el rol que les corresponde en cada momento. Popovic les ha dotado a cada uno de ellos de un ‘gen defensivo’ que convierte al Zaragoza en un equipo serio, ordenado y con las ideas muy claras desde la retaguardia. Y es así, construyendo la casa desde la base, como se consigue llegar al tejado. Con este pro a su favor, los aragoneses pueden tener en su mano la llave para abrir la puerta de Primera División.