El Real Valladolid Promesas se vuelve de vacío de El Montecillo en un duelo ante una Arandina que no es mejor

Sigue el Real Valladolid Promesas sin carburar a domicilio. A estas alturas del curso, se ha mostrado respondón, pero no acaba de validar su competitividad con una victoria. Y lo que es peor: tiene un problema severo de conexión, de capacidad, que le lleva a parecer más pobre en cuanto a fútbol de lo que en realidad es.
En El Montecillo, ante la Arandina, fue claramente inferior en una primera mitad paupérrima, que hizo parecer a los burgaleses mejores, pese a que no lo son. Técnicamente el transcurso del encuentro dejó ver que los blanquivioletas son mejores y tienen más fútbol. Pero con un rato de apetencia, de sapiencia, de llámese ‘x’, no es suficiente, como más tarde diría Borja Jiménez, su entrenador, en rueda de prensa.
Desde el mismo once inicial el partido dio sensación de rareza. A la ya sabida ausencia de Julio, reservado para Zaragoza, se le sumó otra, la de José, que, a pesar de su debut con el primer plantel, podía jugar, pero no lo hizo por decisión de la dirección deportiva.
A mayores, sorprendió la titularidad en el lateral izquierdo de Royo –central natural– y la de Ángel por delante. Más tarde, se demostraría que la alternativa no era válida, teniendo que cambiar al descanso para tratar de arreglar el desaguisado.
Los primeros 45 minutos fueron, simple y llanamente, un regalo. Un estropicio, una torpeza. Casi seguro, los peores de la temporada. El Promesas no dio una a derechas, tan solo tuvo el balón cinco o diez minutillos. En los demás, sufrió mucho frente a una Arandina que detectó la fragilidad de Royo, solo a la hora de defender el costado zurdo, y que si dirigía con presteza el balón hacia adelante, directo, estaría en franca superioridad, por la pasividad defensiva de los cuatro blanquivioletas de delante, frente a una zaga desbordada en el achique.
Pajarero y Pau, este en dos ocasiones, lo intentaron para los burgaleses en el primer tercio del primer periodo. En el segundo, Caye y Mayoral amenazaron tímidamente la puerta de Diego. Y en el cuarto de hora final llegó el desastre, la disolución. Solo faltó la entrega de las armas, pues la sanción, aunque aún por decretar de modo definitivo, parecía evidente: jugando así, los tres puntos se quedarían en Aranda.
En el minuto 33, Adri realizó un cambio de orientación hacia la banda derecha, en la que recibió Carlos. Este cogió a Royo ligeramente centrado y a Ángel en una segunda altura, lejos de la defensa, y puso un centro certero al corazón del área, donde Manu remató de un testarazo a la red, llegando desde la segunda línea, y confirmando así los malos presagios.
En un abrir y cerrar de ojos se pasaría de la igualada al dos a cero, después de que, en el 36′, Cristian cometiera un penalti sobre Pau, de nuevo, en una acción hilvanada por la banda derecha blanquiazul. La premura de los dos goles y la cierta holgura del marcador permitió a la Arandina irse al descanso con sensación de placidez y dominando el cuero, llegando a dar en alguna posesión –aislada, eso sí– más de quince pases.
Foto: Víctor Álvarez
Retorno a ‘lo conocido’
En la reanudación, Borja Jiménez cambió el plan inicial. Metió a Dani Vega por Manel Royo –desbordado, desasistido y con tarjeta–, retrasando a Ángel y volviendo a ‘lo conocido’. Entonces, el Real Valladolid Promesas se reconoció en la imagen que le devolvía el espejo y sacó pecho.
La Arandina dio un paso atrás, queriendo coger el impulso necesario para sentenciar a la contra. Pudo hacerlo a través de Manu, que no vio a Óscar en una acción en la que ambos corrían con Deve y que acabó desbaratando Dani Hernández. En el lado contrario, el primer acercamiento con peligro llegó de la mano de Ángel, más cómodo con más metros y por fuera.
Conforme fue cayendo la tarde, el filial blanquivioleta vio más luz, aunque la torreta del córner derecho que defendía no se encendiera. En el minuto 68, Ángel y Toni se asociaron como acostumbran por la izquierda y, tras una jugada de ambos, llegó el córner que el primero remataría de cabeza a la red.
Quedaba tiempo suficiente para culminar la reacción, pero el coitos fue interruptus porque el exblanquivioleta Fran Adeva marcaba el tres a uno, tras definir bien en un mano a mano frente a Dani, después de un error visitante en un saque de banda. Entonces, pareció que el Promesas entregaba la cuchara, al menos durante unos minutos, aunque aún le quedaba un último aliento.
La fragilidad arandina invitó a hacer un último esfuerzo, incluso después de que Borja Jiménez retirase a Toni, como quien muestra bandera blanca, pues, otra vez, el murciano capitaneó el ataque (y resurgir). Esa sensación dio, pero nada más lejos, pues Adrián, su sustituto, rayó a un bien nivel. Por fin, se hizo la luz en la torreta que faltaba por encenderse, metáfora de que al filial aún le quedaba algo por decir.
Renzo disparó desde lejos en el 81′, pero el tiro se marchó fuera. Caye, en el 85′, estuvo a punto de marcar, pero Sergio evitó con su meta vencido. Y Dani Vega también llevó peligro. Como Ángel, en el mismo costado al que el extremeño caía. Ya en el tiempo agregado, sería Vega quien marcaría el tres a dos, tras un fallo defensivo rival. Pero ya no quedaba tiempo para más. Los blanquivioletas quisieron apurar el último minuto se añadido, pero ni pudieron ni habría sido justo.
La sensación que quedó en El Montecillo fue de alivio, por haberse llevado tres puntos que, pese a la ventaja de dos goles que campeó durante tiempo en el marcador, no reflejaba la realidad sobre el campo. Si de calidad hablamos, claro. Si hablamos de voluntad, la Arandina quiso siempre, aunque a veces lo pudiera. Mientras, el Promesas habría podido, pero dio la sensación de que por momentos no quiso, y eso se paga. Con 45 minutos y tres puntos regalados a un rival directo por la permanencia que no es mejor. Regalo que meterá al filial en un problema real si el próximo sábado repite concesión y/o no gana en Los Anexos al Logroñés.
Arandina CF: Diego; Arturo, Fernando, Pablo (Sergio, min. 16), Borja; Gonzalo, Manu; Carlos, Nico (Adeva, min. 64), Adri (Ruba, min. 72); y Pau Franch.
Real Valladolid Promesas: Dani Hernández; Deve, Iván Casado, Cristian (Mario, min. 86), Royo (Dani Vega, min. 46); Anuar, Zambrano; Mayoral, Toni (Adrián, min. 74), Ángel; Caye Quintana.
Árbitro: El colegiado madrileño López Puerta amonestó a los locales Adri, Gonzalo, Arturo y Pau Franch, y a los visitantes Royo y Cristian.
Goles: 1-0, min. 33: Manu. 2-0, min. 36: Adri. 2-1, min. 68: Ángel. 3-1, min. 70: Fran Adeva. 3-2, min. 92: Dani Vega.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 12ª en el Grupo I de Segunda B disputado en el Campo El Montecillo de Aranda de Duero (Burgos) ante un millar de espectadores.