Tan solo seis miembros de la actual plantilla del Leganés permanecen en la entidad blanquiazul tras el regreso a Segunda División hace dos temporadas
La continuidad en el fútbol es, hoy en día, como una estrella fugaz. Efímera. Un día estás arriba, con toda la afición detrás, y al siguiente recoges tus cosas de una taquilla que un día fue tu casa. Algo así le sucede al Leganés, que en dos años ha visto prácticamente desmantelada la plantilla que le dio el ascenso.

Foto: El Mundo Deportivo
Era la temporada 2013/14 y la entidad blanquiazul conseguía volver a Segunda División tras una década en la división de bronce del fútbol español. Cinco jugadores, junto con el técnico, son los únicos supervivientes del retorno del Leganés a la liga profesional.
Asier Garitano, utópica continuidad
De todos los supervivientes pepineros, el que destaca por encima de todos es Asier Garitano. A pesar de que el puesto en el banquillo se cotiza muy caro, el técnico vasco ha sabido gestionar su trabajo y hacerse con un sitio en el barco blanquiazul. Garitano ha corrido mejor suerte que su ‘paisano’ Gaizka, destituido en el Real Valladolid hace dos semanas.
Asier llegó a Butarque a principios del curso 2013/14 con un objetivo claro: lograr el ascenso. Comenzó el año con una actuación discreta y, aunque a mediados de competición el ascenso parecía lejano, en el último tramo liguero el equipo mejoró y se hizo con el segundo puesto. Tras derrotar en la última eliminatoria al Hospitalet, Garitano consiguió que el Leganés regresara a Segunda División diez años después.
El patrón de su segundo año al frente de los pepineros fue bastante parecido: tras un comienzo con algún que otro altibajo –el Leganés llegó a estar en puestos de descenso– Asier Garitano dio con la tecla y consiguió la permanencia terminando la temporada en décimo lugar. Actualmente, los pepineros son decimoterceros tras un comienzo de campeonato discreto.
Otro de los supervivientes es Queco Piña. El guardameta cuenta con gran experiencia en equipos de Segunda B tras haber militado en el Ourense, Racing de Ferrol y Orihuela, entre otros. La temporada del ascenso, en la que fue suplente de Dani Barrio, jugó seis partidos en los que tan solo encajó dos goles. Sin embargo, y contra todo pronóstico, Queco Piña fue el portero titular durante los play-off de ascenso, en los que solo recibió un tanto.
Alberto Martín es el único centrocampista que continúa en el Leganés tras el ascenso. Tras cinco años a caballo entre el Almería B y el primer equipo, el extremeño llegó a Butarque en el año 2013. Con 32 partidos disputados esa temporada, Alberto Martín fue uno de los principales artífices del ascenso blanquiazul.
La defensa, el núcleo de más supervivencia
Si hay una parte de la plantilla que apenas ha sufrido renovaciones más allá de las estrictamente necesarias esa es la zaga. La mitad de los supervivientes al ascenso son defensa, síntoma de que no hay que tocar lo que funciona bien.
El que tuvo un papel más destacado en el regreso a Segunda fue el argentino Martín Mantovani. Al igual que el resto de compañeros mencionados, el defensa llegó a Butarque en el inicio de la temporada 2013/14 –procedente del Real Oviedo–.
Su primer año en tierras madrileñas se cerró de forma casi intachable, puesto que fue titular en 42 encuentros. Desde su llegada a Leganés, Mantovani se ha convertido en uno de los ídolos de la afición gracias a su buen desempeño en labores defensivas.
Ese mercado estival, el Leganés se hizo con dos jóvenes promesas: Luis Ruiz y Paco Candela. Con apenas veinte años ambos demostraron ser los defensas que se necesitaban en Butarque, siendo también ‘culpables’ del ascenso conseguido.
Luis Ruiz disputó un total de treinta partidos en la campaña 2013/14, siendo un habitual de Asier Garitano en el último tramo de la competición. En su tercer año con el conjunto blanquiazul, el joven andaluz ha ganado importancia a pesar de no haber contado mucho para el técnico la temporada pasada.Una trayectoria parecida es la de Paco Candela.
A pesar de los veintinueve partidos jugados su primer año como pepinero, la falta de minutos durante la temporada pasada provocó que jugase la mitad del año cedido en el Sevilla Atlético. Sin embargo, Candela no parece entrar en los planes de Garitano, pues estos diez partidos apenas ha disputado media hora. Quizás pronto, como sucedió con el resto de sus compañeros, abandone el selecto club de supervivientes a un ascenso.