El entrenador del Real Valladolid Promesas concede una gran importancia al triunfo de su equipo ante un rival directo como el Atlético Astorga

Después de una primera semana convulsa –que ni siquiera fue completa, puesto que fue nombrado a la mitad— y de dirigir a su equipo solo a medias en El Sardinero, ante el Racing, Borja Jiménez pudo sentarse por primera vez en el banquillo del Real Valladolid Promesas. O bueno, es un decir, porque estuvo dirigiendo al equipo de pie, en el área técnica, en todo momento, en la importante victoria frente al Atlético Astorga.
Así la valoró el abulense el triunfo, sabedor de que estaban en juego «más que tres puntos», los que el filial podía lograr «y los que ellos no iban a sumar». De esta manera, los blanquivioletas remontaron después de ir de menos a más.
«En la primera parte fuimos capaces de dominar veinte minutos, pero luego empezamos a tener dudas con el balón que nos costó el gol antes del descanso. En la segunda mitad la reacción en cuanto a generar ocasiones ha sido buena. Estamos contentos con el trabajo, pero tenemos que mejorar todavía«, alegó Jiménez.
El entrenador del filial vio en el tanto rival «un fallo puntual» y cree que «la línea defensiva está actuando bien». Achacó ese error, de Iván Casado, a «un fallo de concentración de última hora», que coge a la zaga «relajada y a la vez agobiada, porque el equipo no se sentía cómodo». «Gracias a Dios se ha quedado en una anécdota», suspiró.
Durante esos 45 minutos iniciales, a su modo de ver, el equipo combinaba bien y con comodidad «hasta tres cuartos». No obstante, estaba «abusando de conducciones en la última fase ofensiva», algo que comentó en el descanso en el vestuario. «En la segunda parte aprovechamos la amplitud con los laterales y la gente de fuera, obligándoles a que estuvieran más abiertos. A raíz de eso llegó el primer gol, ganamos en confianza y creamos más ocasiones», aseveró el preparador abulense.
Con todo, «según iban pasando los minutos», como el balón no entraba, iba aumentando «cada vez más la preocupación de que a través de una jugada aislada o un balón directo el Astorga pudiera empatar». No fue así, ya que el filial dominó «bien las segundas acciones», con un Mario Robles rayando a un gran nivel, y «al final se acabó «sintiendo cómodo».
Precisamente hacia el vallisoletano tuvo buenas palabras, de confianza y de ánimo. «Ha jugado un buen partido, tiene que seguir trabajando y sintiéndose cómodo. El año pasado ya fue muy útil y lo va a volver a ser», apuntó un Borja Jiménez que, preguntado por si la fortaleza en el juego que ofreció Robles se echó en falta en El Sardinero, se limitó a decir que podía ser.
Jiménez, que no quiso «mover nada» hasta los minutos finales porque estaba viendo a sus jugadores «muy bien, bien posicionados y generando ocasiones», cree que «al grupo le refuerza bastante moralmente la victoria». «Tenemos veintiún jugadores en plantilla y hoy –por este domingo– ha habido gente que ha dado un paso hacia adelante», confirmó, antes de desear que «los del primer equipo» –que juega en la tarde de este mismo domingo en Almería— lo hagan bien y ganen.
Con todo, el entrenador del Real Valladolid Promesas no dudó en afirmar que habían estado «bien», aunque tienen que mejorar «el tema actitudinal y la concentración». «Era era muy importante ganar, porque el rival era un rival directo, pero tenemos que seguir mejorando y trabajando aspectos defensivos que tenemos que ir puliendo», concluyó.