Análisis del próximo rival del Real Valladolid

A por la segunda. No hay más. Una vez parece haberse roto la dinámica negativa que ha venido lastrando hasta el día de hoy al Real Valladolid, es el momento de empezar a creérselo y dar un golpe sobre la mesa. La llegada de Miguel Ángel Portugal parece haberle dado un nuevo aire al Pucela, que ante el Mirandés, sin brillar, demostró hechuras de equipo más sólido.
¿Y qué mejor manera de ponerse un reto que enfrentarte a otro candidato al ascenso… pero que es colista? ¿Cómo? ¿Es posible? Sí, el Almería, próximo contrincante del conjunto blanquivioleta, también ha dado con la horma de su zapato tras la caída a Segunda División y es evidente que por ahora no ha conseguido levantarse. Eso sí, este domingo no habrá espacio para las tonterías; ambos equipos necesitan los tres puntos como el comer.
Caída a los infiernos
Todo comienza el año pasado con la pérdida de categoría tras dos años consecutivos en Primera, y es que el Almería se ha convertido en un club de esos con la etiqueta de ascensor. Hasta cuatro ascensos y descensos en los diez últimos años así lo avalan. La cuestión es que el último cambio se produjo la temporada pasada, cuando una añada completamente irregular –apenas ocho victorias en 38 choques de liga– condenaron a los de Sergi Barjuan a la caída a los infiernos.
Pese a todo, la situación económica del club no se antojaba tan catastrófica y se optó por mantener al técnico con el que se había terminado de hundir el equipo. Craso error. En lo que va de Liga, dos victorias, dos empates y hasta seis derrotas contemplan al conjunto rojiblanco, si bien Barjuan fue destituido después de siete choques que dejaron una victoria, dos empates y cuatro derrotas.
La situación, a día de hoy, es desesperada. En una especie de paralelismo con el Real Valladolid, pero aún peor, una plantilla que había sido diseñada para el regreso a Primera se ha encontrado con que después de un cuarto de competición está en la cola de clasificación. Se dice pronto. La peor defensa de Segunda División, con hasta diecinueve goles encajados en diez partidos, se trata de una losa demasiado pesada.
Con la marcha de Barjuán, la directiva almeriense decidió apostar por Joan Carrillo en la banqueta, aunque parece que el revulsivo no ha terminado de funcionar desde entonces. Tras un arranque irregular con un empate en casa del Girona (1-1) y una victoria en Copa del Rey frente al Nàstic (2-1), dos derrotas consecutivas ante Elche (2-3) y Mallorca (1-0) han terminado de hundir al equipo almeriense.
A despuntar en casa

Y es que a los almerienses no se les está dando nada bien no solo el cosechar puntos o el marcar goles, sino el conseguir un juego digno. Ni con Barjuan ni con Carrillo se ha dado con la tecla, y son varios los jugadores que han reconocido vivir una especie de bloqueo mental.
Esto, por supuesto, se produce tanto en los encuentros en casa como en los de visitante. En el estadio de los Juegos Mediterráneos, donde se supone que debe cimentarse un ascenso, el Almería se ha impuesto en dos ocasiones… pero ha cedido en otras dos, mientras que la quinta quedó en empate. Insuficiente para aspirar a cotas mayores.
La cuestión es que es mirar la plantilla andaluza y nombres no faltan. Casto en portería, Dubarbier, Míchel, Jonathan Soriano, una perla bética como Chuli… y un viejo conocido como Quique González. El ex canterano del Real Valladolid se trata de uno de los clavos ardiendo a los que agarrarse para los almerienses, toda vez que es pichichi del equipo con cuatro goles. Muy en corto tendrán que atarle los de Miguel Ángel Portugal.
Curiosidad del rival de esta jornada: Dicen que las estadísticas están para romperlas, y más le vale al Real Valladolid. El conjunto blanquivioleta no ha conseguido escapar nunca del estadio de los Juegos Mediterráneos con los tres puntos en el zurrón. Cuatro empates y seis derrotas han sido el ‘mejor’ botín del Pucela.