Los rojiblancos pierden por primera vez en casa contra un Cristo Atlético que remontó el partido en el 89′

Diego Rayaces
Como si de un cuento de miedo se tratara, el Atlético Tordesillas vivió en la tarde del sábado en Las Salinas su particular ‘Halloween’. El conjunto rojiblanco perdió en casa por primera vez en lo que llevamos de temporada y ante el que era el colista del grupo, un Cristo Atlético que le puso más ganas al partido desde su comienzo y que supo aprovechar las imprecisiones del Torde en el medio campo.
Los morados salieron a por todas desde el minuto uno, con muchas más ganas que los rojiblancos, sabiendo de la importancia que era para ellos sacar algo positivo del ‘fortín de Las Salinas’, donde todavía nadie había ganado. Supieron parar bien la creación de juego del Torde, provocando muchas faltas –con un árbitro nada tarjetero y sacando de quicio a los tordesillanos–.
El Torde supo reponerse de ello y tuvo sus mejores minutos de juego mediada la primera parte, cuando llegaba con facilidad a la puerta del Cristo. Las mejores ocasiones fueron a balón parado, con varias faltas desde la frontal lanzadas por Oli y Viti, pero a las que no supieron rematar bien ni Juanmi, primero, ni Quintana, después.
Con los rojiblancos ya mejor asentados en el campo llegaría el gol de Oli, tras una gran jugada de Cristian por banda izquierda que puso el balón para que solo tuviera que empujarlo. Alegría en las gradas y directos al descanso con buen sabor de boca, pero con la sensación de que el partido no estaba para nada cerrado y que los palentinos podían sorprender en cualquier momento.
El cuento de miedo
En la segunda parte, la grada iba a leer un cuento que no gustaría nada y que, más de miedo, sería de terror, con unos protagonistas que iban ‘disfrazados’ de morado y otro, el portero de amarillo y negro. Los palentinos continuaron con su juego fuerte, provocando muchas imprecisiones del medio campo tordesillano, que no consiguieron conectar con tanta facilidad con los hombres de arriba, donde Quintana se encontró muy solo.
Tantos errores al final se acaban pagando, y los sustos del principio se convirtieron en realidad al final, donde el Torde se mató a sí mismo por culpa del mal juego ofrecido, en su peor partido en casa de la temporada. Camilo puso el empate en el marcador aprovechando un error de la defensa que le dejó solo delante de Peñas, ante el que no falló, para llevar la alegría a su equipo y poner un silencio incómodo en las gradas.
Los hombres frescos del Torde no sirvieron esta vez de revulsivo. Con Castaño y Adalia bien sujetos por los laterales del Cristo, Alberto ‘Peli’ debutó con buenos minutos de juego –fue el mejor de los tres cambios de Turiel–, poniendo un poco de sosiego en el medio campo. Pero ni con esas, el control del partido era de los rojiblancos y el Cristo siguió a lo suyo, buscando con balones largos el premio y la sorpresa. Marcos y Peñas salvaron en dos ocasiones al Torde antes de la debacle final.
Y así llegó, solo un minuto antes del añadido, cuando Héctor cogió un balón dividido y lo clavó ajustado al palo, sorprendiendo a Peñas desde 35 metros y adelantando a su equipo en el marcador para el 1-2 final.
Un final que dejó con muy mal sabor de boca a los tordesillanos, que han visto escapar tres puntos muy importantes antes de las difíciles citas que se les presentan frente a La Bañeza y Gimnástica Segoviana, mostrando una cara muy distinta a la de pasados encuentros, donde sí supieron tener la manija del partido.
Atlético Tordesillas: Peñas, Romero, Cristian, Lamas, Marcos, Alvarito, Oli (Adalia, min. 60), Juanmi (Alberto, min. 55), Quintana, Viti y Tiri (Castaño, min. 71).
Cristo Atlético: Marcel, Aner, Héctor, Diego, Cuenca, Tomás, Ismael (Bueno, min. 90+2), Kike, Camilo, Víctor y Aitor (Dani, min. 90).
Goles: 1-0, min. 39: Oli; 1-1, min. 68: Camilo; 1-2, min. 89: Héctor.
Árbitro: Muriel Isidro. Expulsó al delegado local Sergio Saiz y amonestó a los visitantes Camilo y Héctor.
Incidencias: Partido correspondiente a la undécima jornada de Liga en el Grupo VIII de la Tercera División, disputado en Las Salinas ante unos 350 espectadores.