El filial acusó dos errores arbitrales y la expulsión de Manel Royo para caer en El Sardinero

El Real Valladolid Promesas cayó en su visita a El Sardinero por tres goles a uno en un partido regular, en el que se vio sometido un buen número de minutos, pero en el que también fue capaz de dominar y tener sus ocasiones para adelantarse en la segunda mitad, en la que el equipo local, y sobre todo un sector de su afición, se desquiciaron.
El caso es que al filial le costó entrar al partido, bien timorato o bien perdido por aquello de la situación vivida durante la semana: con un entrenador en su inicio, con otro improvisado en la mitad y con uno nuevo a finales. Nada extraño, de no ser porque la situación deportiva –la suya– no invitaba a un cambio.
El Real Club Racing estaba obligado a vencer y convencer después de perder en el último envite en casa, ante un recién ascendido como es el Pontevedra, y de no recuperar sensaciones ante el Somozas en el Alcalde Manuel Candocia. Y en estas salió dominador, y creó alguna ocasión ya desde el inicio.
Chus Hevia obligó a Julio a hacer una buena parada y Artiles pegó un latigazo fuera en los primeros diez minutos. Y a los diez, penalti, de Cristian, cuanto menos discutido. Lo fuera o no, llegó en un córner que no debió ser señalado, puesto que vino de un pase de la muerte de Artiles que Migue García remató directamente fuera, sin intervención de nadie. Sería el asistente, Artiles, quien se encargaría de engañar a Julio y hacer el uno a cero desde los once metros.
El Promesas sintió el golpe y tuvo que recurrir al mismo Julio para sostenerse. Antes de que llegase el ecuador de la primera mitad, Hevia robó un balón a Ángel en el costado izquierdo y le obligó a despejar a saque de esquina, mientras que Artiles creó otra oportunidad internándose por la banda izquierda –derecha blanquivioleta–, en una diagonal que creó muchos problemas a los pupilos de Borja Jiménez.
Y entonces el signo del partido cambió. Toni finalizó con un disparo a las manos de Sotres una buena jugada combinativa que dio inicio al tramo en el que el Promesas fue mejor. Fue la más clara antes del descanso, porque, eso sí, el dominio y la buena circulación de balón resultaban inofensivas y el Racing no sufría.
Bueno; a decir verdad, dispuso de otra intentona peligrosa, que pudo serlo todavía más de haber caído en la cuenta el gallego Espasandín Cores, colegiado del encuentro, que la mano de Iñaki no fue en la frontal, sino dentro del área local (tal es así que su asistente se dirigió a la línea de fondo, creyendo que la infracción era penalti). Al segundo rechazo, Sotres evitó el empate.
Pedro Munitis introdujo una permuta en el descanso justo para recuperar la posesión perdida, pero de inicio hizo aguas. Tras la reanudación, el filial dio un paso adelante, hizo lo que no había hecho hasta ese momento, creérselo, y metió el miedo en el cuerpo a los racinguistas.
Con más motivo, después del empate, tempranero. A los cincuenta minutos, Espinar de la dio a Toni y su par conexión grave error: dejarle pensar. Así, el murciano avanzó un par de metros y se la dio a Caye, que entraba en el área por ese mismo costado, para que el punta onubense, con una volea, con el exterior de la bota, alojase el balón en la escuadra de Sotres en un señor gol que provocó que el sonido de viento, y no precisamente del norte, se hiciera notar en El Sardinero.
Al Racing le temblaron las canillas con la reprimenda de su afición, tanto como al niño que ve volar la zapatilla de mamá Munitis hizo un segundo cambio, obligado, pero difícil de comprender, porque daba entrada a un hombre de ataque en lugar del lesionado Francis y pasaba a Fede San Emeterio al lateral derecho, con lo que siguió desangrándose. Cristian lo intentó de un testarazo a balón parado y Casado de un disparo lejano, pero la más franca oportunidad la tendría Caye Quintana, en el minuto 66, con claro marchamo de gol, evitada por Mikel Santamaría debajo de los palos, cuando la estirada de Sotres parecía ya inútil.
Y de repente, el Racing volvió a meterse en el partido, llevado en volandas por ‘La Gradona’. Fue ella quien tiró hacia su fondo de su equipo hasta acabar de acorralar al Promesas. Tiró del Racing y fue un imán para el esférico, que se dirigía hacia la puerta de Julio cada vez de una manera más frontal y vertical.
El cancerbero blanquivioleta, el mejor del partido para el equipo de un Borja Jiménez que no se pudo sentar en el banquillo debido a que carece aún de la licencia, volvió a salvar a su equipo con una parada de guardameta de balonmano, en respuesta a un remate de Migue.
Los cántabros fueron encamado al Promesas hasta que llegó el momento clave y definitivo. En dos minutos, Royo vio dos amarillas y Toni Madrigal, preparador físico que hacía las veces de entrenador careciendo de esta titulación, fue expulsado. Y el filial se resquebrajó, porque, en la falta que terminó con la segunda tarjeta a Royo, Coulibaly hizo el dos a uno y los vallisoletanos ya no supieron reaccionar.
Tal es así que, tras un buen pase del propio Coulibaly, en el 89′, cinco minutos después, acabó dentro del área, en las botas de Migue García. En definitiva, el Promesas no solo no reaccionó, sino que se diluyó y acabó a merced de un Racing que terminó volcado y que pudo incluso marcar un cuarto gol en el descuento.
Con todo, es de recibo reconocer al filial blanquivioleta la capacidad de, durante aproximadamente cuarenta minutos, llevar la manija, crear ocasiones y desquiciar a un rival con pegada, pero que no dio demasiada sensación del mando incontestable que debe poner en liza un candidato al ascenso.
La derrota, en frío, ha de reforzar la sensación de competitividad de puertas para adentro como lo hace de puertas para afuera; la sensación de que se está en el camino y de que, pese al pequeño desconcierto que ha supuesto la alteración del orden preestablecido, con Borja Jiménez no se ha de abandonar. El próximo rival para el renglón seguido será el Atlético Astorga, el próximo domingo en Los Anexos, a partir de las doce del mediodía.
Real Racing Club Santander: Dani Sotres; Francis (Dioni, min. 51), Alain, Mikel, Iñaki; Dani Rodríguez, Álvaro Peña, Migue, Artiles; Isma Cerro (San Emeterio, min. 46) y Hevia (Coulibaly, min. 57).
Real Valladolid B: Julio; Iván Casado, Cristian, Royo, Ángel; Jose, Espinar, Zambrano (Deve, min. 83), Toni; Mayoral (Pelayo, min. 82) y Caye Quintana (Dani Vega, min. 81).
Goles: 1-0, min. 9: Artiles, de penalti. 1-1, min. 51: Caye Quintana, a pase de Toni. 2-1, min. 84: Coulibay cabecea una falta lateral botada por Migue. 3-1, min. 89: Migue, a pase de Coulibay.
Árbitro: El gallego Espasandín Cores expulsó por doble amonestación al blanquivioleta Manel Royo en el minuto 83. Además, amonestó a los locales Amonestó a los locales Isma Cerro, Álvaro Peña, Chus Hevia, Mikel Santamaría e Iñaki y a los visitantes Cristian, Iván Casado y Renzo Zambrano.
Incidencias: Partido correspondiente a la décima jornada en el Grupo I de Segunda B disputado en los Campos de Sport de El Sardinero ante unos 5.000 espectadores.