El Real Club Racing de Santander, entidad centenaria y con trayectoria en Primera, atraviesa desde hace cinco años sus horas más bajas
Cuando uno piensa en los clubes «de toda la vida» en nuestro fútbol siempre hay nombres que, inevitablemente, pasan por la cabeza. Algunos, como por ejemplo la Unión Deportiva Salamanca o el Club Polideportivo Ejido, desaparecieron como consecuencia de la mala gestión económica. Otros siguen luchando contra viento y marea por seguir respirando un poco más, ahogados en un mar de deudas.
Es el caso del Real Racing Club de Santander que desde hace cinco años se ha visto sumido en una lucha por recuperarse económicamente y volver a ser el club que era. El próximo rival del Promesas, que curiosamente contó en sus banquillos con el nuevo entrenador del Valladolid, lucha por salir del barro en una temporada que no ha empezado todo lo bien que los cántabros deseaban.
Una temporada para enmarcar de la mano de Marcelino
Manchester City de 2008 || Foto: 20 Minutos
Para entender el triste ocaso que vive el Racing de Santander es necesario remontarse unos años atrás. Como punto de partida, la temporada 2007/08. Tras haber terminado en décima posición el año anterior, el club cántabro se hizo con los servicios de Marcelino García Toral en el mercado estival.
El asturiano firmó la mejor temporada del Racing en los últimos años. A pesar de comenzar con paso dubitativo, Toral consiguió clasificar al equipo en sexta posición, lo que les dió la posibilidad de disputar la Europa League. Además, ese mismo año los racinguistas alcanzaron por primera vez las semifinales de la Copa del Rey, en las que fueron eliminados por el Getafe.
Siguiendo con los números de récord, la temporada 2007/08 se cerró con 19.000 socios, cifra máxima alcanzada por la entidad santanderina. Era una época en la que equipo y afición iban de la mano, pues el Sardinero completó su aforo en diez ocasiones durante ese año.
Con la ciudad volcada con el equipo, Marcelino anunció al final de la temporada que no renovaría con el club. Empezó así el periplo deportivo de los santanderinos, que se vería agravado tiempo después con la llegada de Ali Syed. El encargado de dirigir al equipo fue Juan Ramón López Muñiz, que fue destituido al final de año tras dejar al equipo en la duodécima posición y sin pasar de la liguilla de Europa League.
Mandiá comenzó la temporada 2009/10 en el banquillo del Sardinero, aunque fue sustituido a mitad de curso por Miguel Ángel Portugal. El ahora técnico del Real Valladolid igualó la gesta de Marcelino y clasificó al equipo para las semifinales de la Copa del Rey por segunda vez en su historia. En liga el equipo consiguió la salvación ganando en el último partido al Sporting de Gijón, en lo que se conoció como ‘Pacto de Llanes’ y que levantó polémica. Parecía que el Racing se había librado del sufrimiento, pero lo peor aún estaba por llegar.
Ali Syed: comienzo de la pesadilla y triste centenario
Comenzó la temporada 2010/11 con una actuación discreta por parte del Racing, que todavía seguía estando dirigido por Portugal. En enero, el magnate indio Ali Syed se convirtió en el nuevo propietario del club cántabro, contando con el apoyo de las instituciones regionales.
Su primera decisión fue destituir a Portugal y volver a contar con Marcelino, que se embarcó en el nuevo proyecto y consiguió salvar al equipo varias jornadas antes del final de la temporada. Sin embargo, los problemas económicos aparecieron pronto. En marzo, una representación de jugadores encabezada por Munitis mostró su preocupación por la demora en el pago de los sueldos de la plantilla.
en El Sardinero || Foto: Marca
Con la ratificación de la directiva de Pernía, Ali Syed consiguió unos aliados que le defendieron en los primeros baches económicos que fueron surgiendo.
A pesar de que la plantilla y el entrenador hicieron público su malestar, el magnate indio siguió sin pagar los atrasos. No solo eso, sino que tampoco pagó la deuda con Hacienda, tal y como había prometido hacer en su llegada a Santander y lo que provocó que el club se endeudará un poco más.
Lo económico terminó por pasar factura en el plano deportivo. Con la plantilla centrada en asuntos extradeportivos, el equipo comenzó a disminuir notablemente su rendimiento.
A pesar de que fueron tres entrenadores –Héctor Cúper, Juanjo González y Álvaro Cervera– los que intentaron enderezar el rumbo, el equipo descendió sin remedio a Segunda División tras diez años en la máxima categoría del fútbol español.
El centenario del club llegó con el máximo accionista en paradero desconocido y la directiva dimitiendo en bloque debido a los problemas económicos. El que debía ser el momento más alegre para los racinguistas se convirtió en una brecha insalvable entre el club y los aficionados, que organizaron una celebración paralela. Con tres entrenadores en la temporada, el momento más triste llegó el dos de junio de 2013. El Racing de Santander descendía a Segunda División B por segunda vez en su historia. La temporada del centenario no podía empezar peor.
Lucha por volver al fútbol profesional
Con el agua al cuello, el Racing optó por el asturiano Paco Fernández para tratar de regresar al fútbol profesional. Y, como rayo de luz en medio de la tormenta, la apuesta salió bien a los cántabros. Tras una primera vuelta discreta, los santanderinos metieron la directa y terminaron la temporada en primer lugar, consiguiendo el ascenso en la eliminatoria contra la Llagostera.
en El Sardinero hace un año contra el Llagostera
Foto: El Tomavistas de Santander
Una alegría para los aficionados, que veían como el exjugador Tuto Sañudo se hacía con las riendas de la directiva. Aunque los problemas económicos no desaparecieron. Con una deuda de cinco millones de euros, la Liga Adelante dio finalmente el visto bueno para que el equipo jugará en Segunda esa temporada.
Con Pedro Munitis a la cabeza del equipo, el club inició una ampliación de capital en la que los aficionados y antiguos jugadores lograron que el club volviera a estar en manos de la afición. A pesar de que empezaba a verse la luz al final del túnel, el Racing no consiguió mantener la categoría y volvió a descender.
Con el agua volviendo a su cauce en el plano económico, aunque con deudas importantes aún por saldar, el Racing afronta la presente temporada con un objetivo claro: volver al fútbol profesional. Sin embargo, el inicio de temporada no ha sido todo lo bueno que debería. Con Munitis de nuevo como entrenador, el Racing es actualmente decimosegundo con doce puntos con un juego bastante criticado por los aficionados. La incertidumbre se instaló en el Sardinero hace cinco años y, por el momento, no se quiere marchar.