El encuentro entre el conjunto rojiblanco y el Zamora se vivió de manera muy especial

Antes incluso del pitido inicial, el partido que enfrentaba al Atlético Tordesillas y al Zamora CF adquirió un tinte de especial emoción. En esta ocasión, la visita de los rojiblanco, primera oficial a Las Salinas, y el que se enfrentaran dos equipos hasta ahora punteros en el Grupo VIII de Tercera, creó una expectación mayúscula, qué duda cabe, pero, además, hubo un momento de especial emoción en los prolegómenos del encuentro.
Los dos equipos rojiblancos, aunque en esta ocasión el Zamora visitera de riguroso negro, rindieron tributo a la figura del malogrado Juan Mari, exjugador de ambos clubes. La familia del fallecido recibió un ramo de flores por parte de los capitanes.
Así pues, y tras el minuto de silencio de rigor, los dos equipos salieron a por todas desde el inicio, si bien el Atlético Tordesillas fue el que empezó marcando y dominando, como también sucedería en la segunda parte, para después desinflarse. De nuevo, Quintana firmó otro doblete, el tercero consecutivo, y, nuevamente, el conjunto tordesillano encajó demasiados goles, asignatura pendiente esta para Turiel y sus chicos.
Rara vez la afición del Atlético Tordesillas enfrenta resistencia a la hora de dominar el cántico coral que acompaña los partidos en Las Salinas, pero en esta ocasión, la afición del Zamora desplazada hasta la Villa del Tratado se hizo presente de manera muy notoria, con lo que el duelo también estaba servido en las gradas. Eso sí, todo en muy buena lid y sin ningún tipo de altercado entre ambas aficiones que demostraron ser, sin duda alguna, de las más potentes del grupo.
Sin embargo, sí que se produjo un conato de altercado casi al final del encuentro. Josema, uno de los jugadores más expeditivos y duros del conjunto zamorano, veía la segunda amarilla –más que merecida– en el noventa. El jugador decidió abandonar el campo por la parte donde se situaron las dos aficiones, sin que se produjera problema alguno. Sin embargo, y ya encarando la recta que le conduciría hasta el túnel de vestuarios, tuvo un ligero enganchón con algún aficionado, sin que el conato de altercado pasara a mayores.
El partido, por méritos de ambos conjuntos, ayudó para que la fiesta del fútbol que se desarrolló en Las Salinas fuera completa.Un partido vibrante en un ambiente de gran emoción que congregó a más de quinientos espectadores. Sin duda alguna, una gran ayuda esta para un club como el Atlético Tordesillas, que sigue reduciendo año a año, ejercicio tras ejercicio, su deuda, y que sigue conformando un equipo a las órdenes de Jesús Turiel que ilusiona ante conjuntos de la entidad de su último vistante, el Zamora CF.