El atacante rojiblanco acumula cuatro goles en dos partidos

En la pasada campaña, el Atlético Tordesillas tuvo dos caras muy distintas: la de una espectacular primera vuelta en la que llegó a colocarse como líder; y la de una sufrida segunda vuelta en la que coqueteó con el descenso.
Una de las explicaciones que se esgrimieron para tan profundo bajón fueron las múltiples lesiones que el conjunto de la villa del tratado fue acumulando. Estas mismas hicieron mella también en Juan Adalia, el habitual pichichi tordesillano, referencia absoluta en el ataque. Así pues, cuando Adalia faltaba, el gol no aparecía.
Sin embargo, esta temporada esta situación puede revertirse a través de un solo hombre. Él es Carlos Quintana (07/02/1987). El de Fuenterrebollo ha sido capaz de marcar por partida doble en los dos últimos partidos del Atlético Tordesillas, frente a los filiales del Mirandés y Numancia.
Tras el espectacular empiece de temporada de Gonzalo Alonso, quien en las dos primeras jornadas logró marcar tres goles, Quintana es, a día de hoy, el matador del Torde.
Curiosamente, una de sus últimas víctimas, el Numancia B, es uno de sus múltiples ex equipos, y es que no todo ha sido tan fácil en la carrera de Quintana como su adaptación esta temporada. Poco queda de aquel chaval que siendo juvenil fichara por el Puente Castro de División de Honor para después hacer lo propio con el juvenil numantino.
Ya en la temporada 2007/08, dio su salto a Tercera División, siendo capaz de disputar una promoción de ascenso a Segunda B con el filial soriano en las dos temporadas que allí estuvo. Situación, esta de la lucha por el ascenso a categoría de bronce del fútbol patrio, que volvió a repetir con su siguiente equipo, el Real Ávila.
A partir de ahí, Quintana inició un periplo por Tercera División acumulando minutos y goles en el Almazán, Somozas, Cuellar, Narón, Villarrubia, La Granja y, también, un breve paso, su primero, por el Atlético Tordesillas en 2010. Sin embargo, su vuelta al Torde ha estado precedida de un paso no demasiado positivo por el CD Barco gallego, ya que, aunque consiguió el ascenso a Tercera, experimentó las mieles más amargas del mundo del fútbol, lo que le llevó a plantearse su retirada.
Así pues, no inició la pretemporada con ningún equipo, pero, para suerte de los aficionados que cada dos fines de semana se congregan en Las Salinas, Quintana empezó a entrenar a las órdenes de Jesús Ángel Turiel con la temporada ya iniciada y, a la postre y de forma instantánea, empezar a marcar goles.
Carlos Quintana se define por ser «un delantero centro de referencia», con una capacidad rematadora desbordante, apoyada en un físico poderoso de 183 centímetros y 81 kilos, que le permite bajar el balón y esconderlo a la espera de la llegada de sus compañeros. Además, suma una potencia importante en el juego aéreo.
Quintana se muestra «muy agradecido y a gusto» en un Atlético Tordesillas que, en su juicio, debe tener las cosas claras, centrarse en la salvación, y, una vez sumados los puntos necesarios para su consecución, intentar seguir dando el máximo. Por el momento, él promete seguir adaptándose a un equipo con el que solo lleva entrenando tres semanas, pero al que ya ha aportado cuatro goles en apenas dos jornadas.