El Real Valladolid Promesas logra ante el Tudelano su primera victoria del curso, agónica, después de ser incapaz de cerrar el encuentro pese a disponer por dos ocasiones de una renta de dos goles
Dice un refrán que usa la madre de uno para cuando a alguien «le va la marcha» que a quien con gusto muere hasta la muerte le sabe. Dicho de otra manera: hay a quien le gusta sufrir y degusta un triunfo aun pírrico o agónico. No será, posiblemente, el caso del Promesas, que hizo unas cuantas cosas bien ante el Tudelano, las suficientes como para no pasar apuros y paladear de un modo más pausado su primera victoria del curso.
Esas cosas bien hechas se dieron principalmente en la primera mitad, en la que los de Rubén Albés se hicieron merecedores de la ventaja de dos goles que llegaron a tener. La primera media hora, sobre todo, fue de un nivel alto, a lo mejor no tanto en cuanto a ocasiones, pero sí en lo que concierne al juego.
El Tudelano no presionó la salida blanquivioleta con demasiado ahínco en este tramo, lo que permitió que el balón llegara con cierta pulcritud a su mitad, donde Caye ejercía de nueve y estiraba el campo mientras por detrás Toni, Dani Vega y José no dejaban de moverse.
La volatilidad de Dani Vega y José hizo mucho daño a los navarros, puesto que el primero aparecía por dentro, como un punta más, o por fuera, indistintamente, y el segundo navegaba por posiciones interiores atacando los diferentes pasillos para provocar superioridades. Así, no pisó cal, pero asomaba junto a ella, lo que hacía difícil su defensa.
De esta manera, el primer gol no se demoró mucho, apenas dieciocho minutos. Primero Caye se encontró con Pagola y el meta envió a córner el remate en el mano a mano. Luego, Dani Vega soltó un latigazo que chocó en el larguero y, casi en la misma jugada, José recogió el esférico en la frontal del área y lo alojó en la red, en el lado contrario.
Posteriormente, una vez quitado el ‘sambenito’ del equipo sin gol, tanto Toni como Dani Vega apuraron línea de fondo para llevar mayor peligro a la puerta rival. El murciano no atinó a la hora de encontrar un rematador, algo que sí hizo el extremeño, si bien Paris apareció bien por el suelo para evitar que Renzo marcara el dos a cero.
Hubo una respuesta por parte de los navarros, que estuvieron cerca de empatar en varias ocasiones. Pudo hacerlo Arkaitz, pero sobre todo –dos veces– Chema Mato, que se topó con un colosal Julio. En un disparo casi a bocajarro, el portero vallisoletano sacó veloz, abajo, el pie izquierdo para rechazar en el que acabaría siendo el paradón de la mañana.
Sin embargo, la igualdad no volvería al marcador. A los cuarenta minutos, ya con el CD Tudelano encimando, Caye recogió el balón en campo propio y envió un pase magistral, vertical, hacia la carrera de José, que no fue capaz de pegarle de primeras, pero a la segunda, a trompicones y casi en boca de gol, marcó el segundo.
Si cabía esperar que este tanto valiera una tranquilidad, nada más lejos. En un abrir y cerrar de ojos, Paris se plantó en el área y acortó distancias, lo que permitió adoptar nuevos bríos a los de Mandiola. Además, estos vinieron propiciados por un arte que, según el técnico, no es habitual en su equipo: los envíos frontales directos.
Desasosiego continuo
El Tudelano, con el paso de los minutos, vio un filón no solo en estos balones, difíciles de rechazar por un cuadro más endeble físicamente, sino también buscando la espalda de Ángel, quien perdió asistencia en defensa con el transcurrir del encuentro. Si ya en la primera parte Arkaitz había dado con ese lunar en un remate a gol que fue anulado, los navarros fueron a más con esas dos medidas.
El equipo se partió y Albés requirió la presencia de Dani Espinar, más ducho en labores defensivas que Renzo y más adaptado al intenso ritmo que se venía imponiendo. Sin embargo, el malagueño no sirvió para aquello para lo que entró, recuperar el mando y pausar. Lo bueno, de buenas a primeras, es que tampoco hubo oportunidades excesivamente francas para los visitantes.
Toni se convirtió en el máximo exponente del ataque del Real Valladolid Promesas… hasta la entrada de Mayoral. El todavía juvenil entró en sustitución de Caye Quintana a falta de once minutos para el final, en el que era su debut con el filial, apenas ocho días después de reaparecer de sus problemas físicos con el Juvenil División de Honor.
En el primer balón que tocó, cuando no habían transcurrido ni siquiera sesenta segundos, el abulense marcó el tercero con una buena definición al palo largo. Ahora sí, parecía que el filial blanquivioleta había sellado el triunfo. Pero luego no. Ese gol, emotivo, por esos meses de calvario de ‘Mayo’, no fue el último.
A falta de dos minutos para el final, en un desajuste defensivo –reiterativo; hubo varios errores en la misma jugada–, Óscar Martín provocó que otra vez Albés y los suyos contuvieran el aire, como si no hubieran tenido suficiente con retenerlo y soltarlo con prudencia en todo el tiempo antes transcurrido. No les dio tiempo a lograr la machada, no obstante, para la gloria local.
Sirven estos tres puntos para afianzar las sensaciones de los cuatro anteriores. Se acaba por fin el mal fario de cara a puerta y el Promesas se estrena goleando y ganando ante un rival que provocó que el triunfo fuera trabajoso. El camino, con todo, parece marcado: el filial sigue imbatido y siendo capaz de ser superior a sus enemigos, o por lo menos de competir y no ser inferiores.
La próxima ocasión para seguir por esta senda será el próximo domingo, cuando los de Rubén Albés se enfrentarán al Lealtad de Villaviciosa (Asturias), a partir de las cinco de la tarde.
Real Valladolid Promesas: Julio; Arroyo, Cristian, Iván Casado, Ángel; José, Anuar (Royo, min. 75), Zambrano, Toni; Dani Vega (Dani Espinar, min. 60) y Caye Quintana (Mayoral, min. 79).
Tudelano: Pagola; Delgado, Jonathan, Lalaguna, Paris; Lázaro (Óscar Martín, min. 57), Chema Mato; Óscar Valero, Azpilicueta (Samanes, min. 72), Víctor Bravo (Eneko, min. 81); y Arkaitz.
Goles: 1-0, min. 18: José. 2-0, min. 40: José. 2-1, min. 42: Paris. 3-1, min. 80: Mayoral. 3-2, min. 88: Óscar Martín.
Árbitro: Pardeiro Puente (C.T. Cántabro). Amonestó a los locales Anuar y José y a los visitantes Lázaro, Azpilicueta y Víctor Bravo.