Manu del Moral resalta en su presentación que el proyecto deportivo ha primado sobre lo económico a la hora de resolver su futuro, ligado por un año al Real Valladolid

El poder de convicción de Braulio Vázquez, a estas alturas, está más probado que la eficacia del detergente. El director deportivo ha destacado desde su llegada por la capacidad de resolver fichajes aun disponiendo de menos dinero que sus rivales. Y Manu del Moral, por ahora último en llegar, es otra prueba de ello.
El atacante, que viene de firmar hasta junio de 2016, agradeció tanto a Braulio como a Carlos Suárez la apuesta para que se llevara a cabo su fichaje, además de reconocer que Garitano «ha influido bastante» en su incorporación. «Hablé con él en verano varias veces. Nos conocemos y casi con mirarnos sabemos qué vamos a decirnos. No me ha dado tiempo a hablar mucho con él, pero me ha preguntado qué hecho durante el verano, algo que le había ido comentando», reconoció.
Otras de las cuestiones que primaron para optar por la oferta del Real Valladolid fueron lo deportivo y la estabilidad de su familia. «Es cierto que ha habido otras ofertas –según Braulio, bastante superiores–, pero uno no solo mira lo económico», afirmó.
Para el jienense, ha primado «lo deportivo, pensar en la familia y el estar a gusto en una ciudad». «Que el míster estuviera aquí, que Braulio hablase conmigo y que algunos excompañeros me hablasen muy bien del club y la ciudad me ha hecho decidirme», expuso, antes de reconocer que está donde quiere y donde le quieren.
Con respecto a su rol, recordó que «últimamente» ha jugado «más en la izquierda, para luego aparecer por dentro», aunque «podría jugar de mediapunta, de extremo derecho o incluso de delantero», una polivalencia bien valorada a la hora de convertirlo en complemento del ataque blanquivioleta. Lo importante, replicó, es «estar bien cuanto antes para ayudar al equipo y que el equipo salga beneficiado» de su participación.
No obstante, aunque ha estado trabajando en solitario, con la ayuda de un preparador físico, no está al mismo tono que el resto del plantel. Lejos de marcarse plazos, se marcó como objetivo el «ponerse las pilas y trabajar duro par estar lo antes posible» al nivel de sus compañeros y destacó que «ponerse plazos es meterse presión», algo que quiere evitar.
En parte, querrá evitarlo a sabiendas de que puede provocar lesiones. A ellas, sobre su pasado, se refirió también. «Me gustaría que me respetasen un poco más. En momentos clave he tenido lesiones inoportunas que han frenado el buen momento que vivía en distintos equipos», aseveró, más realista que melancólico, pues la ilusión de hacer las cosas bien, dijo, no le va a faltar.
Preguntado por su conocimiento de la categoría, después de diez temporadas consecutivas en Primera, explicó que la venía viendo por televisión y que al hablar con aquellos que la conocen más coinciden en que «es muy dura». «No por tener muchos jugadores con experiencia en Primera vas a ascender. Este equipo tiene historia, pero la competición va a ser dura. Con el escudo no vamos a ganar los partidos», aseveró, rememorando las palabras de Gaizka Garitano.