El central, que había manifestado su deseo de salir durante la pretemporada, abandona el Real Valladolid con una trayectoria ligada a los blanquivioletas

Foto: Real Valladolid
Lo venía diciendo Braulio Vázquez en los últimos tiempos, la última vez, durante la presentación de Rodri: Jesús está cerca de salir. Y su pronóstico se cumplió. Jesús Rueda ha rescindido su contrato con el Real Valladolid tras trece años ligado a la entidad blanquivioleta. Su despedida de la entidad tendrá lugar a partir de las cinco de la tarde en la sala de prensa del Estadio José Zorrilla.
Rueda comenzó en el 2002 su trayectoria en las categorías formativas del club, desde las que dio el salto al Promesas. Durante sus años en el filial, alternó algunos partidos con el primer equipo, hasta que salió cedido al Córdoba, donde, a pesar de una lesión ofreció un buen nivel.
Con Miroslav Djukic llegó su reconversión, también en blanquivioleta –ya en Córdoba empezó a jugar ‘atrás’–. Desde el centro del campo retrocedió hasta el centro de la zaga, donde junto a Marc Valiente formó la defensa del ascenso. En su primera temporada en la máxima categoría fue titular durante veintiséis partidos, acumulando 2.400 minutos jugados.
Después del descenso a Segunda División Jesús Rueda siguió siendo titular indiscutible, llegando a sumar 2.800 minutos durante esta última temporada. Sin embargo, el extremeño pidió su salida del club al final de la temporada tras no lograrse el objetivo del ascenso.
Al igual que Jeffren y Omar, Rueda no viajó junto a sus compañeros a la concentración del equipo en Mondariz. Tampoco estuvo en la convocatoria para jugar en Portugal contra el Río Ave ni en la posterías para ir a León a jugar el triangular con la Cultural Leonesa y el Sporting. Detalles, todos ellos, como el simple hecho de no entrenar un solo día a las órdenes de Garitano, que ratifican que el central tenía la cabeza puesta en dejar el club.
Con la rescisión del contrato, el Real Valladolid dice adiós a uno de sus jugadores más carismáticos durante las últimas temporadas. Un jugador que llegó a Valladolid con quince años, siendo apenas un adolescente, y que se va con veintiocho, tras portar en más de una ocasión el brazalete de capitán y llegando a ser, sin duda, un jugador capital, que disputó 158 partidos de liga con la elástica blanquivioleta.
Se desconoce, por el momento, su destino, aunque su futuro podría pasar por el Austria de Viena o por el fútbol israelí, de donde ha recibido varias ofertas. Allí donde le lleve el fútbol, a buen seguro llevará dentro los colores blanco y violeta. Como dentro le llevará una afición que se queda, sin él, a canteranos a los que aplaudir en el primer plantel, Óscar al margen.