El onubense describe algunos de los nuevos rasgos de los blanquivioletas. Mojica, baja en León

Alejandro Alfaro se considera un fichaje más de Braulio Vázquez para la temporada que está a punto de empezar. No es para menos, después del reciente calvario que atravesó el curso anterior, en el que apenas pudo aportar, por una lesión, con Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’ en el banquillo. Se siente, por fin, futbolista.
En parte, gracias al buen tono en el que se está encontrando en pretemporada. Autor de tres goles, espera seguir aportándolos durante la campaña y empujar todo lo que no pudo en el pasado, aunque advierte de la competencia existente en la línea de mediapuntas: «Somos cinco para tres puestos, algo que es bueno para el míster», comentó, en alusión a la ‘compañía’ de Óscar, Guzmán, Juan Villar y Mojica en tres cuartos de campo.
Alfaro está hambriento de temporada, de balón y de juego. Admite que la preparación «se hace larga», mientras contabiliza los días que restan para el primer partido en Córdoba, un rival al que prefiere no analizar aún.
Lo verdaderamente importante para el onubense es pasar página de los hechos que ya sucedieron y no pueden cambiarse y de hacer un grupo “unido”. También, en un plano individual, jugar. Donde sea. «Lo que quiero es jugar, he jugado en todas las posiciones tanto el año pasado como este». Y no quiere comparar al pasado –o qué diferencia a Gaizka de Rubi– por respeto al trabajo previo y a la originalidad que envuelve cada etapa y cada rostro. «Cada maestrillo tiene su librillo; el míster está inculcando su idea, el equipo la está absorbiendo rápido y estamos en una buena línea, concluye.
Lo que deshoja el mediapunta andaluz son algunos de los nuevos rasgos del Real Valladolid: presión alta, velocidad, líneas juntas. «Se va a ver a un Valladolid competitivo, con mucha garra y coraje, que presionará tras pérdida», detalla. Alfaro no preconiza que los partidos se ganen sólo con balón, sino también con la explotación de otros intangibles que categorizan a la Segunda División, como la solidez defensiva o el aprovechamiento de las segundas jugadas. Un equipo, al fin, «ordenado y aguerrido».
Para facilitar la determinación y el desarrollo de los nuevos rasgos del Valladolid, deberán llegar nuevos refuerzos que completen algunas de las líneas más desocupadas, como la defensa o, especialmente, la delantera. Pero, para Alfaro, son los que son y están los que están. Y son estos quienes deben remar hasta que lleguen más brazos. «No vale esperar a nadie; al que llegue le abriremos la puerta, pero ahora mismo los que estamos somos los que tenemos que tirar para adelante», zanja.
Mojica, ausente en León
La nueva etapa de Johan Mojica en Valladolid arranca a trompicones. Tras materializarse la semana pasada una nueva cesión desde el Rayo Vallecano a la entidad castellana, el cafetero jugó en el Ruta de la Plata ante el Zamora y dejó detalles de jugador relevante. Sin embargo, en el regreso este lunes a los entrenamientos ha sufrido, informa el club, una tendinopatía rotuliana leve.
Una dolencia que imposibilitó la continuidad del colombiano en la primera sesión de la semana y que «lo mantendrá al margen del grupo durante los próximos días», según el departamento de comunicación pucelano. Así, causará baja en el siguiente amistoso de los castellanos, en León. El miércoles doce, a partir de las siete y media de la tarde, el Real Valladolid disputará un triangular con el Sporting de Gijón y la Cultural Leonesa.
Igualmente, el defensor Marcelo Silva tampoco pudo integrarse en el grupo de trabajo de Gaizka Garitano, fruto de las molestias musculares que sigue arrastrando, causantes de que no pudiera participar en la goleada frente al Zamora.