El atacante onubense afronta con gran ilusión la preparación de cara a un curso que aguarda que sea su reválida, después de los malos momentos del pasado curso

Alejandro Alfaro es, en el Real Valladolid, lo que en la NBA se llama ‘sophomore’; novato de segundo año. Si bien es un jugador ya de sobra conocido, experimentado, en la entidad blanquivioleta es casi nuevo, y no porque no haya estado un año ya en Zorrilla, sino porque apenas lo pudo disfrutarlo.
Él mismo explica que fue «muy complicado», primero porque llegó con la liga empezada, luego por la dichosa lesión, el ascenso frustrado… Pero no quiere darle más vueltas. «El pasado es pasado», y lo que se viene es «una temporada ilusionante, con gente nueva y un técnico nuevo. Hay que olvidarse del pasado y centrarse en el futuro», reiteró el onubense en su comparecencia ante los medios posterior al entrenamiento matutino de los dos previstos para este jueves.
El nuevo curso lo afronta, ya, «con muchas ganas y mucha ilusión», pues «tenía ganas de tener una pretemporada tranquila y entera» y está con «muchas ganas» de que empiece a rodar el balón, tras un verano en el que de por sí apenas ha descansado, debido a la inactividad casi total del pasado año, preparándose para lo que estaba y está por venir.
Por el momento, la primera toma de contacto con el nuevo cuerpo técnico está siendo dura, «con sesiones bastante intensas, aunque es bueno acumular trabajo y el cuerpo está respondiendo bien». Y así ha de hacerlo, puesto que por las bajas y su veteranía es uno de los llamados a tirar del carro en la temporada que está por comenzar.
Todavía quedan «muchos por venir», pero no le preocupa, puesto que sabe que «queda mucho». De ahí, claro, que haya un buen puñado de jugadores del filial completando por el momento el plantel. «Los canteranos tienen muchas ganas e ilusión. Si quieren contar tienen que dar un paso al frente, que el míster lo verá y les dará la oportunidad», afirmó con rotundidad.
Por último, y para despejar cuan defensa los malos augurios definitivamente, recordó de nuevo la pasada campaña. «Vine con una ilusión enorme y sufrí bastante. Me queda este año de contrato y espero devolver a todo el mundo la confianza que ha puesto en mí», explicó antes de dar por bueno el trabajo que hasta ahora lleva hecho Garitano: «Es exigente e intenso, nos va a venir muy bien a todos».
Hermoso y Juan Villar, de estreno
El trabajo de este jueves sirvió para que dos de los refuerzos que ha cerrado hasta ahora la dirección deportiva tuvieran su primera toma de contacto con Gaizka Garitano y los que durante el curso serán sus compañeros. Se trata de Mario Hermoso, el último fichaje anunciado, y de Juan Villar, el primero de todos.
Juan Villar se sumó al resto del grupo en la sesión matutina, previa a la comparecencia de Alejandro Alfaro, después de disfrutar de un permiso especial que tenía como razón de ser su corto periodo vacacional, provocado por la prolongación de la competición con el Cádiz hasta el último fin de semana de junio, por el play-off de ascenso a Segunda.
En esa sesión, el trabajo predominante fue el físico, con y sin balón. Ya por la tarde, el escenario pasó a ser el cerro de Las Contiendas, donde prosiguió el ‘currelo’, ya con Mario Hermoso, que se incorporó después de hacerse las pertinentes pruebas médicas, junto a varios jugadores que militarán en principio en el filial, como son Royo, Cristian y Zambrano.