El técnico rechazó hace semanas al Alavés y al Eibar con la esperanza de poder dirigir al Real Valladolid; sin embargo, la ‘repesca’ del conjunto armero en Primera ha podido cambiar el escenario y en el entorno eibarrés se da por hecho que será su entrenador
El amor que se profesaron fue tan intenso que en el aire flota la promesa, callada a gritos, de que algún día se volverá a unir. Desde su marcha, en aquel año en que dolió tanto el descenso –como si nunca doliera–, no son pocos los que desean que se plasme la vuelta de José Luis Mendilibar al Real Valladolid; casi tantos como los que no querían que se fuera.
Después de otra decepción, en estos días vuelve a sonar. No ya sin guardar el luto por Rubi, sino cuando todavía es el entrenador. Su futuro, ha dejado claro Suárez, dependerá de Braulio Vázquez, director deportivo. Y si bien es verdad que fue su apuesta, que tiene contrato y que el proyecto que se le propuso guardaba la opción de ascender a la segunda, da la sensación de que no continuará.
El gallego explicó después de la eliminación ante Las Palmas que cualquier decisión sobre el futuro ocupante del banquillo había de darse en frío, nunca en caliente. Lo primero que ha hecho, por ‘orden’ de Carlos Suárez, es tomarse unos días de meditación, por lo que si bien en el entorno del club se espera que la decisión no se demore ni se aleje más allá de la próxima semana.
En fin. La cuestión es que la ‘intención’ de Mendilibar es plausible, puesto que el vizcaíno rechazó hace semanas dos ofertas, una procedente del Alavés y otra del Eibar. Esto sucedió antes de que comenzase la promoción de ascenso a Primera División y tenía una razón de ser, justamente, esa esperanza de volver a Valladolid.
Sin embargo, el escenario ha cambiado estas últimas semanas. Lo primero, porque el Alavés ya ha confirmado a Bordalás. Y por otro, porque el Eibar ha sido ‘repescado’ después del descenso administrativo del Elche, por lo que estar en Primera supone ya una baza a su favor. Y además, allí donde se esperaba a Joaquín Caparrós se insiste con el de Zaldívar debido al interés del patrocinador en que el técnico sea vasco.
La predisposición de José Luis Mendilibar, con quien el Real Valladolid no se ha puesto en contacto, puede haber cambiado hasta tal punto que en Eibar dan por hecho su fichaje como sustituto de un Gaizka Garitano que, precisamente, pasa por ser una de las alternativas que podría estar manejando Braulio Vázquez de manera preferencial.
Aunque, como lo primero es lo primero, la despedida de Rubi se dará antes, previsiblemente esta misma semana. Salvo sorpresa, pese a esos dos años de margen que recibió, se rescindirá su contrato en un contexto de decepción posterior al fracaso, que es como entiende la resolución de la temporada buena parte de quienes poblan las gradas de Zorrilla cada quince días y también en las oficinas.