Después de siete meses en el dique seco, el onubense llega para convertirse en un fichaje de última hora para la lucha por el ascenso

Alejandro Alfaro parece que por fin, de una vez por todas, ve la luz al final del túnel. El jugador natural de La Palma del Condado se lesionó en la jornada siete, durante el partido contra el Real Betis, y desde entonces no ha vuelto a jugar ningún partido, pese a que desde el Real Valladolid se aseguraba, cuando se produjo esta lesión, que el extremo no padecía nada grave.
No hay nada mejor que la hemeroteca para rememorar aquellas fechas; aquel partido contra el Betis, aquella patada de Perquis, aquel penalti sin pitar, aquella lesión. Los que estaba disputando eran los primeros minutos de Alfaro como titular, hasta que, después del minuto 74, no pudo continuar.
Unos días más tarde, el parte médico del Real Valladolid rezaba así: «El jugador onubense no sufre una lesión ósea, por lo que si la evolución es la prevista podrá vestirse de corto en el próximo compromiso liguero». Ahora puede sonar incluso cómico, o cuanto menos surrealista, pero por aquel entonces sonaba creíble.
Desde ese parte médico, Alejandro Alfaro se ha visto obligado a parar durante siete meses, en los cuales fue sometido a varias operaciones. Primero fue una artroscopia tras la cual el tobillo del extremo no cicatrizó bien y se le infectó, y después, por culpa de esa infección, tuvo que volver a pasar en varias ocasiones por quirófano para realizarle limpiezas.
Alfaro ya ha pasado su calvario particular y ahora quiere disfrutar: «Soy de vivir el presente y el presente que tenemos es muy bonito, ojalá pueda aportar mucho al equipo», comentaba el ex del Mallorca tras completar este miércoles su primera sesión de entrenamiento con el alta médica en el bolsillo.
El futbolista andaluz cree que puede ser importante para el equipo, pese a no tener el mismo ritmo de competición de los demás. «A lo mejor no tengo el ritmo que tienen otros compañeros, pero la Segunda División es muy larga, algunos llegan justitos de fuerzas y yo llevo siete meses de vacaciones», decía entre risas y añadía que llega con todas las ganas del mundo.
Con el ascenso directo a seis puntos y solo quince en juego, lo más seguro es que el Real Valladolid tenga que jugarse el ascenso en el play-off, en el que es posible que no cuente con los internacionales Johan Mojica y Hernán Pérez, preseleccionados ambos por las selecciones de Colombia y Paraguay, respectivamente, para la Copa América.
En este escenario, un tanto preocupante, se puede agigantar la figura de Alejandro Alfaro. Con solo dos hombres de banda puros –Jeffren y Omar Ramos–, el canterano del Sevilla tiene que reivindicarse en esta recta final de campeonato y demostrar que sigue siendo ese jugador con talento, calidad y gol, que ya ha dejado atrás la lesión y que es el fichaje perfecto para la fase de ascenso.