Partido de disfrute para unos, afortunadamente, y tortura para otros, en el Nuevo Colombino

El gol de Óscar. El gol de Óscar. Corre, póntelo otra vez más. Es magnífico. A mí y a otros se nos puso la piel de gallina según lo metió, y normal. Y ahora, mira la clasificación, pero no por arriba, sino por abajo. Y en la parte más atrasada de la misma encontrarás el Recreativo de Huelva.
Así ha sido el partido en el Nuevo Colombino. El de un equipo disfrutando y el de otro agonizando. Hoy hemos visto uno de los mejores goles en la historia del Real Valladolid y, a la vez, un firme paso del equipo más antiguo de España en pos del descenso a la categoría de bronce. La última vez que estuvo en Segunda B fue en la 1999/00, aunque solamente fue durante unos días, ya que, con los descensos administrativos del Mérida y el Logroñés, logró salvar la categoría.
Para el Real Valladolid, el partido fue un disfrute. Se hablaría del taconazo de Óscar para el primero de Roger si luego no hubiese decidido hacer la animalada esa en el segundo. El primero es un golazo en toda regla, un detalle de mago. El segundo ya es de jugador total, del Óscar excelso. El gol, no sé si es más de Zidane o de Ronaldinho, pero es sobrenatural.
Y ese tanto, no solo tapa al primero, sino, también, el gol de Peña. Sí, gol de Peña. ¿Extraño, verdad? Pues marcó, y menos raro se nos debería presentar si tenemos en cuenta que los otros dos tanto del catalán con el Real Valladolid también fueron en mayo: en un 2-0 contra el Sabadell el año del ascenso de Djukic, y en la derrota por 4-3 en el Villamarín que nos enterró el año pasado. Gol de Peña, señores.
Y si por nuestra parte hay mucho que contar, también por la del equipo onubense. No debemos olvidar al decano del fútbol español. Un equipo concebido para luchar por el ascenso, con hombres y nombres como Pedro Ríos, Jesús Vázquez, Alvaro Antón, Dimas, Braulio… futbolistas sobradamente curtidos que están llevando al Recre al desastre. Porque hoy, te gana un Real Valladolid en el que juega un tal Óscar que, además de llevar quince goles y doce asistencias, es pura magia; pero otros días te han ganado otros que no tienen a Óscar ni nada parecido, y así, pues vas último. Y el consuelo que te queda es el de Paco Santamaría Uzqueda.
Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Y el que debe hacer el Real Valladolid hasta el probable play-off tiene que ser parecido, en lo posible, a lo de hoy. No hará falta que un gol de Óscar de la vuelta a España entera, ni que los astros se alineen para que meta Peña, pero sí que el equipo disfrute y haga disfrutar. Al loro, que nos podemos estar empezando a entonar.