Según la Circular Técnica 3 del Comité Técnico de Árbitros de la temporada 2011/12, el lanzamiento de un balón desde los banquillos ha de conllevar la expulsión del lanzador

En las horas previas al encuentro entre Real Valladolid y Leganés saltó la noticia: André Leão era baja por unas molestias en un tobillo, después de un golpe recibido en la última sesión, y Jonathan Pereira por unos problemas personales de carácter grave. Así las cosas, David Timor entraba en la lista de dieciocho, a pesar de su lesión, también en un tobillo.
Por esta dolencia, se supone, se iba a perder el duelo ante los pimentoneros –como así fue, en realidad– y se perderá el próximo, contra el Recreativo de Huelva. ¿Por qué entró? ¿Por rellenar? ¿Por qué no alguien del filial, si la norma permitía que algún canterano fuera citado? Por esto, pensó el aficionado de a pie cuando, con el tiempo casi cumplido, vio la amarilla.
Con el dos a cero, seguramente a sabiendas de que se perderá el próximo partido –aunque Rubi ha negado, cuanto menos, que estuviera pergeñado–, Timor lanzó un balón al césped para perder tiempo y forzar la décima tarjeta con la que cumplirá ciclo de amonestaciones.
Lo que el valenciano desconoce, o quizá desconocía el cuerpo técnico, si es que tuvieron ellos algo que ver, es que esa acción debería haber sido sancionada con una tarjeta roja, y no amarilla, en virtud de la Circular Técnica 3 del Comité Técnico de Árbitros de la temporada 2011/12. La norma al respecto es más que clara:
«Cuando el lanzamiento se realice, al menos en una ocasión, por cualquier futbolista, por cualquiera de los integrantes de los banquillos, la infracción se considerará como una actuación no correcta y supondrá la expulsión directa del terreno de juego del autor de la misma. En caso de que no pueda identificarse directamente por el árbitro al autor, el primer entrenador del equipo al que pertenezca el autor será expulsado del terreno de juego por la comisión de una actuación no correcta y sancionado con un mínimo de tres partidos de suspensión»
El portal especializado reglasfutbol.com relataba en marzo de 2014 un caso parecido y que tampoco se sancionó como se debía en atención a la normativa, el de Paco Jémez en un duelo ante la Real Sociedad, en el que fue amonestado por hacer lo mismo que hizo Timor, que pudo –y puede parecer– una triquiñuela hábil, pero fue, más bien, una temeridad, de no ser por el error técnico cometido por Muñoz Mayordomo.
El error se produce porque en el momento en que el segundo esférico es impulsado el cuero, digamos, reglamentario, está en juego. Si el balón estuviera parado, como parece que percibió el trencilla, efectivamente, la sanción correcta es una tarjeta amarilla con motivo de una pérdida de tiempo.
Pero no fue así. Estaba a punto de salir, pero se encontraba todavía dentro del césped, tal y como se puede ver en el siguiente vídeo: Acción Timor (1:30:52)