El técnico del Real Valladolid, Rubi, subraya la manera con la que sus jugadores han salido al campo tras el descanso y descarta que la amarilla a Timor fuera buscada
En el Valladolid, ya cada partido se cuenta como una final. Durante la semana, la plantilla estableció el desafío de anotarse siete victorias en los últimos siete partidos para materializar la hazaña. De haber cedido ante un Leganés polifacético, la vía del ascenso directo se habría cerrado definitivamente. Así lo ha admitido el técnico pucelano, Rubi, tras ganar por dos a cero y rebasar la barrera de los 60 puntos. “Sabíamos que perder hoy era decir adiós a la segunda plaza porque todos habían hecho su faena”, explicó.
No obstante, no vio a sus futbolistas condicionados por la presión de ser el último aspirante al ascenso en disputar la jornada y ha considerado que los tres puntos obtenidos son “más que justos”.
El encuentro, como es tónica habitual durante esta campaña, atravesó diferentes fases de juego en las que el Valladolid dominó, pero también en las que se vio neutralizado contra un oponente que se exhibió “pegajoso”. El primer gol del partido, obra de Álvaro Rubio, subió al marcador cuando los blanquivioletas lo estaban “pasando peor”, según Rubi.
Pero el catalán, siempre optimista, ha extraído los elementos positivos del partido, en especial respecto a la actitud del Real Valladolid en los últimos choques cuando inicia las segundas mitades. “Llevamos dos partidos saliendo del descanso bien. El Valladolid ha marcado el gol -el segundo- y ha tenido un rato muy bueno, aunque el Leganés igualó fuerzas”, abundó Rubi sobre lo acontecido en un segundo periodo exento de espectáculo pero trufado de lesiones y golpes que afectaron, especialmente, a los locales. En concreto, quien parece peor parado es el lateral derecho Javi Chica, sustituido por Herrero fruto de unas molestias musculares. Su participación en los siguientes compromisos está en entredicho, de acuerdo a la intuición de Rubi. “Pinta un poco más serio”, ha interpretado.
Rubi asegura que la amarilla a Timor es involuntaria
La acción más comentada del encuentro se produjo cuando Timor, citado a última hora tras la lesión de André Leão y los problemas personales de Pereira –que le impidieron formar parte de la convocatoria-, saltó desde el banquillo para introducir una pelota en el terreno de juego.
El colegiado le mostró una tarjeta amarilla que le impedirá jugar en Huelva por acumulación de tarjetas, diez. Timor, según las informaciones médicas ofrecidas por el club blanquivioleta esta semana, no iba a estar disponible para jugar frente al Leganés ni para viajar al Nuevo Colombino a causa de un edema en el tobillo.
Las sospechas, extendidas y fundamentadas, apuntaban a una maniobra voluntaria para que, a sabiendas de que el mediocentro no llegaría a Huelva en condiciones para jugar, pudiera cumplir ciclo en dicho partido y acceder, limpio, a las restantes cinco citas. Rubi lo ha negado, aunque en su rostro se podía percibir una muy fina sonrisa. “Tengo que hablar con Timor porque yo estaba de espaldas y no era la intención que buscara la décima tarjeta”. Además, ha manifestado que, si lo hubiera requerido, podía haber utilizado al medio valenciano. “Teníamos pensado descartarlo, pero Timor se mostró predispuesto”, ha aclarado.