El Promesas se enfrenta este sábado al Celta B, el último partido entre filiales que le queda al conjunto pucelano y que, hasta el momento, se le han dado bien

Gracias a su buena temporada, el filial del Real Valladolid se encuentra entre los mejores de España, junto a otros que militan en el resto de grupos de la Segunda División B. Del primer grupo, en el que militan los pucelanos, presume de ser el que mejor temporada viene realizando.
El Promesas se encuentra cómodo en la octava posición con 46 puntos en su haber. Tres posiciones y cuatro puntos por debajo se encuentra el filial del Sporting de Gijón. Más distancia guarda con el filial del Celta de Vigo, en el decimocuarto puesto y 38 puntos.
Al primero de ellos no le volverá a ver hasta la siguiente temporada, si ambos consiguen asegurar la categoría. En el partido de ida, los blanquivioletas firmaron el empate sin goles en tierras asturianas en un partido equilibrado y sin grandes ocasiones de gol.
Para la vuelta, ya a orillas del Pisuerga, las ocasiones aparecieron y el gol terminó llegando para fortuna del Promesas. Jorge Hernández dio los tres puntos en un partido en el que al filial pucelano le tocó sufrir. Por otro lado, el Promesas se enfrenta al Celta B el sábado a partir de las cinco de la tarde en los Campos de Barreiro.
Este será el cuarto y, por lo tanto, último enfrentamiento ante un filial. Y lo cierto es que al equipo de Rubén de la Barrera se le han dado bien estos equipos. Contra los gallegos lograron la victoria, aunque por la mínima, en la primera vuelta. Un cabezazo de Fran No en los últimos minutos dejó los puntos en los Anexos, en un igualado duelo ante el Celta B.
Las situaciones han cambiado. Con el final de la temporada a la vuelta de la esquina, ambos conjuntos buscarán una victoria que les acerque a la permanencia en la categoría un año más. Al equipo gallego todavía le quedarían más para que sea matemático. Mientras, el Promesas tiene la oportunidad de cerrar unas buenas estadísticas ante los filiales de su grupo. Dos victorias y un empate, gracias a los tres goles a favor y el hecho de no haber recibido ninguno en contra, hacen que para los de Rubén de la Barrera, los filiales, son el mejor rival.