Zorrilla despidió entre aplausos a su capitán en su regreso a la titularidad, que coincide con una nueva victoria del Pucela

Al partido en el José Zorrilla le quedaba poco menos de un cuarto de hora cuando el técnico del Real Valladolid decidió hacer su último cambio. Tras algunos pitos por parte de la afición blanquivioleta por el juego -o la falta de este- del Pucela en la segunda mitad, la grada se puso por fin de acuerdo para aplaudir al último sustituido de la tarde.
La decisión de Rubi de sentar a Álvaro Rubio en el banquillo no ha sentado nada bien a orillas del Pisuerga. Por eso, cuando Pereira se disponía a ocupar el lugar del riojano en el campo, Zorrilla dio su opinión. Álvaro Rubio se retiró del terreno de juego recibiendo el cariño de los once mil que siempre están ahí, sufriendo, tras volver al once titular de Rubi. De aquel del que no tendría que haber salido.
Casualidad o no, la mala racha del conjunto pucelano ha coincidido justo cuando el capitán ha pasado de la titularidad al banquillo. Y cuando este ha vuelto a la titularidad, el Real Valladolid lo ha hecho a la senda de la victoria. Que no a su mejor juego.
Con él controlando el centro del campo, el Pucela respiró más tranquilo. Rubio juega y hace jugar a los demás, propiciando que el balón llegara a los hombre de arriba con la calidad necesaria para que otros como Roger y Óscar, con eso que les sobra, dieran los dos goles que permiten al Pucela seguir enganchado a los puestos de ascenso directo.
El aplauso en Zorrilla al minuto 77 fue para Rubio, por jugar al fútbol vestido de blanquivioleta. El aplauso a Rubi fue una hora antes, cuando en la alineación del Real Valladolid aparecía, de nuevo y por fin, el nombre del capitán.