La expulsión del lateral numantino marcó el devenir de un plácido choque para el Real Valladolid

El cuatro fue el número mágico en la noche del catorce de marzo en Zorrilla. En ese minuto se decantó un encuentro que acabaría con otros tantos goles del equipo blanquivioleta. Así, el partido se desenvolvió de una manera más plácida de lo que se podía haber esperado, con lo que al cuarto de hora del encuentro, y con 2-0 en el marcador, muchos ya pensaban en la complicada salida que acometerá el equipo de Rubi el próximo fin de semana, cuando se enfrentará a la S.D. Ponferradina.
Ripa derribó de manera clara a Óscar cuando el charro se disponía a encarar a Biel Ribas en un mano a mano. El colegiado, un acertadísimo Trujillo Suárez, no dudó, ni se arrugó, para expulsar de manera justa al lateral izquierdo soriano. A partir de ahí, solo quedaba esperar el dominio y el gol blanquivioleta.
Los tantos fueron obra de Timor, por partida doble, Hernán Pérez, otra vez el mejor, y de Óscar tras el lanzamiento de una pena máxima cometida sobre Omar Ramos, quien tuvo un buen papel desde que entrara en el minuto 72. Es necesario resaltar el buen momento goleador de Timor, quien también marcara frente al Sporting. El valenciano, quien ya venía con una buena cifra goleadora como aval, se está destacando como un centrocampista con una llegada desde segunda o tercera línea más que interesante, lo que unido a su buen golpeo de balón, le convierte en un jugador que aporta, y mucho, de cara a puerta.
Un aspecto que al igual que la capacidad goleador de Timor está manejando el Real Valladolid a la perfección en casa es el de la ruptura en diagonal de Hernán Pérez hacia el centro desde su banda derecha tras el desplazamiento en largo de André Leao. Una jugada que no por repetida está dejando de ser efectiva, y que ya pudimos ver frente al Sporting, y, sobremanera, frente al Numancia. Sin duda, un acierto de Rubi el poder leer esa jugada dadas las características del paraguayo.
El partido más allá de la expulsión y los goles no tuvo demasiado. Un día más en la oficina en casa, que sin duda se hizo más llevadero por la ya mencionada expulsión. Quizás podía haber sido el partido para dar minutos de premio a Carmona, el lateral derecho del Promesas, aunque hay que pensar que pudiera ser de la partida del equipo de Rubén de la Barrera para su partido frente a la Cultural Leonesa. También podría haber tenido sus minutos Óscar Díaz, pero Rubi no lo estimó oportuno.
En resumen, un resultado cómodo para lavar la imagen del equipo tras la durísima derrota frente al Real Betis de la pasada jornada. El próximo objetivo, Ponferrada.