El extremo canario protagonizó, por primera vez en mucho tiempo, un buen encuentro

Aquí, lo avisamos: se viene Omar. El otro día defraudó, y quizás por estar acostumbrados a ello, su titularidad frente al Racing de Santander se temía como un remedio o parche de medio pelo. Pero Omar se venía, lo estaba haciendo bien, y en El Sardinero cuajó, después de muchísimo tiempo, un buen partido saliendo como titular. Quizá, el último buen partido de Omar haya que ir a buscarlo al año de Djukic en Primera. Ha llovido muchísimo.
Como en aquellos tiempos, vimos la zurda de Omar. Antes del gol de Valiente, le puso un balón en la cabeza a Samuel que debería haber entrado. Estaba volviendo a botar bien las jugadas a balón parado, y fruto de ello llegó el segundo gol. El cuarto, el último, se define en un pase magistral hacia Pereira quien luego se la da Óscar (en fuera de juego o no, nos da lo mismo) para que la empuje. Pero la jugada, el chispazo que precipita el gol, es de Omar.
Aun así, hay que ser realistas. Omar no es oro puro ahora de repente, al igual que el partido del Real Valladolid no lo fue. Más bien, lo contrario. En medio de un desatino general, de una apatía que podía recordar, en parte, otras contiendas frente a equipos de la zona baja, el Real Valladolid encontró algo que, hasta ahora, no le había acompañado en demasía: el resultado. Y sí, el Real Valladolid, al que se le presupone buen juego, no lo tuvo, pero hizo valer cada uno de sus goles para llevarse el encuentro.
Y los goles llegaron aislados, como el partido de Omar. En medio de la nada, de repente, la moneda cae de cara. El canario es el fiel reflejo de lo que fue el equipo de Rubi en Santander: un conjunto resultadista. ¿Que me valen los tres puntos?, me valen. ¿Que me da un poco igual el juego?, también. ¿Que tiene que ser Omar, para sorpresa del respetable, quien tenga que aportar sobremanera para ello? Lo compramos igual.
Y es que llega el momento de ir sumando de tres en tres de manera prolongada. Obviamente, jugando como ayer y con Omar como principal baluarte, no lo haremos, pero hay que saber sacar el lado positivo. Ganamos cómodamente a domicilio a un equipo de la zona baja de la tabla, circunstancia que tanto hemos echado en falta. Además, Omar ha vuelto. El resultado: positivo. Como en Santander. Y eso era lo importante.