El portero palentino aprovechó la situación provocada por la salida de su tocayo venezolano para jugar su cuarto partido con el filial
Muchas veces afirmamos que la historia se repite. Especialmente cuando percibimos ciertas coincidencias que se producen y que nos recuerdan algún acontecimiento ya vivido en otra ocasión. En el fútbol estas circunstancias son muy frecuentes, pero lo ocurrido esta semana en el seno del Real Valladolid se asemeja a un déjà vu: para profundizar aún más con el francés por si no habíamos tenido bastante con el dégoûter.
Lecciones de francés a un lado, centrémonos en el hecho que nos acontece. El pasado quince de enero, el Real Valladolid hacía oficial la salida de Dani Hernández con destino Tenerife, en busca de los minutos que no disputaba en la presente temporada.
Con Javi Varas como único portero de la primera plantilla, se producía en el club una promoción interna de guardametas que movía a Julio desde el filial al primer equipo, y que también repercutía sobre Dani Hernández –el cancerbero palentino– quien promocionaba al Promesas desde el Juvenil A de División de Honor.
Casualidad. La RAE define la palabra casualidad como la combinación de circunstancias que no se pueden prever ni evitar. Es casualidad que ambos guardametas coincidan en llamarse Dani Hernández, pero aún es más casual que cuando el venezolano haya optado por dejar Zorrilla en busca de minutos en otros equipos, su tocayo palentino sea el máximo beneficiado de su ausencia.
Ya ocurrió en el pasado verano. El primer equipo contaba con el recién fichado Mariño, Jaime y el venezolano Dani Hernández como guardianes de la portería y se preveía que alguno de los dos últimos pudiera abandonar el equipo. El de Valdepeñas había renovado recientemente su contrato por lo que las miradas se volvían en torno a Dani Hernández. Su cartel de internacional sedujo a varios equipos y finalmente el portero marchó cedido al Asteras Tripolis de Grecia.
Con la salida del venezolano, se quedaban dos porteros en el primer equipo. Juan Ignacio Martínez, técnico por aquel entonces, quería disponer de otro guardameta en sus sesiones de entrenamientos. El elegido sería Dani Hernández, el palentino. El juvenil se encontraba realizando la pretemporada con el Promesas y abandonaba la concentración de Torres Gómez para sumarse al stage de pretemporada del primer equipo en Pinatar horas después de la marcha de su tocayo.
La decisión de la dirección deportiva de apostar por el palentino, todavía juvenil, y no por un portero del filial como Julio o Rodri, sorprendió a propios y a extraños. La situación fue aprovechada al máximo por el joven Dani Hernández, quién continuó trabajando con el primer equipo hasta que Julio hizo méritos suficientes con sus intervenciones en el filial para ganarse el rol de tercer portero del equipo.
Nueva temporada, misma historia
Al comienzo de la temporada 2014-15 la situación de la portería parecía confusa. Ante las salidas de Jaime, y la sorprendente cesión a última hora de Diego Mariño, las redes de la portería parecían tener solo un nombre: el venezolano Dani Hernández. Hasta la llegada de Javi Varas, fue Julio el que le acompañaba en las convocatorias del primer equipo, dejando así un hueco en el Promesas que el palentino Dani ocupó en dos jornadas: ante el Atlético Astorga y ante el Tropezón.
Este desconcierto del inicio de temporada, sumado a las convocatorias de Dani Hernández con la vinotinto, generaban nuevas oportunidades para que el canterano con el mismo nombre aprovechara con el equipo filial. Sin embargo, la reciente salida del venezolano al Tenerife produjo una nueva situación beneficiosa para su tocayo palentino. Al salir del club, la convocatoria del primer equipo se completó con Julio que volvió a dejar su portería del filial descubierta, al acecho del de siempre. Del otro Dani Hernández.
El palentino, indiscutible con el Juvenil DH, le volvió a ganar la batalla particular al segundo portero del Promesas, Jordán, y fue titular en el partido frente al Zamora. La cita con el filial en el Ruta de la Plata, lejos de intimidar al portero palentino le sirvió para crecer un poquito más a nivel personal. Su partido ante los zamoranos fue el cuarto que disputa como titular con el Real Valladolid Promesas en esta presente temporada en la división de bronce del fútbol español.
Aún en edad juvenil, el jugador cuenta con la completa confianza de Rubén de la Barrera, técnico del filial: «Yo confío muchísimo en él. Si los juveniles demuestran que están en condiciones de jugar, van a jugar. Con independencia de que su competidor sea senior como en este caso», comentó. Además con la buena actuación del guardameta en el partido, fue más fácil ratificar su decisión: «La decisión ha sido correcta. El chico ha demostrado una madurez importantísima y ha otorgado sensación de seguridad a la última línea», concluyó el míster.
Dani Hernández por Dani Hernández. En la semana que el venezolano decide desligarse de una forma definitiva del club, el tocayo palentino se ratifica como una de las más firmes promesas de la cantera blanquivioleta. Sin embargo, ya no habrá más confusiones: a día de hoy, Dani Hernández solo hay uno.