El Real Valladolid quiso pero no pudo ante un rival que se llevó demasiado premio para lo ofrecido en el campo

Foto: Rebeca Díez
Frío. Mucho frío en la mañana del sábado en Los Anexos. Tanto como las sensaciones del Juvenil A tras caer derrotado en su campo frente a un pobre Unión Adarve. El equipo madrileño sin proponer nada del otro mundo, se plantó con intensidad en el partido y con el gol de Huertas logró vencer por la mínima a los blanquivioletas.
El buen juego brilló por su ausencia. El Real Valladolid mantenía posesiones largas desde la zona de la defensa pero le costaba profundizar ante la doble línea de cuatro que tenía dispuesto el Unión Adarve sobre el campo. Los madrileños, satisfechos por como se estaban dando las circunstancias, tenían claro su rol en el partido: aguantar las acometidas de los vallisoletanos y salir rápido a la contra para aprovechar la velocidad de Jordan y Lacaba.
Muy pronto se pusieron las cosas de cara para el Unión Adarve. En la primera ocasión clara, a los once minutos, se lograron poner por delante en el marcador, un gol que a la postre seria definitivo para los madrileños. La jugada llegó por la banda izquierda, con un buen centro de Diego que se paseó por el área hasta encontrar a Huertas. Ito, titular en el día de hoy, lograba parar el primer disparo, pero el rechace cayó en las botas del propio Huertas que no perdonaba.
Si el rol del Unión Adarve en el partido estaba siendo el de aguantar y meterse atrás, con el gol esta situación acrecentó aún más. El Real Valladolid era consciente de que el partido se había puesto cuesta arriba, pero restaban ochenta minutos para darle la vuelta al partido.
El Juvenil A comenzó a plasmar su dominio en llegadas y acercamientos. La primera oportunidad de Mayoral la desbarató Adán, portero del Unión Adarve. Los blanquivioletas tuvieron además más oportunidades para empatar el encuentro: dos ocasiones muy similares de Isma Casado pero que no pudo definir con precisión con su pierna menos buena. Por su parte, los madrileños tuvieron situaciones de contragolpe para intentar dar un susto a los locales. La más clara la abortó Abel, cuando Jordan ya se plantaba solo contra Ito.
Cuando la pelota no quiere entrar
Tras el descanso, Chuchi Macón dio entrada a Maxi en el lugar de Pistu. Con la entrada del mediocentro por el central, Mario Robles pasó al centro de la defensa, aunque prácticamente tanto Mario como Abel se situaban como dos medios más, puesto que todos los jugadores de campo, excepto Ito, se situaban en el campo defendido por el Adarve.
Pero ni por esas. Faltaba profundidad y chispa en el juego. Quizás la ausencia de Adrián se notó, aunque la falta de gol en los últimos partidos se ha repetido incluso con el palentino, que es el máximo goleador del equipo. De hecho, la ocasión más clara de los blanquivioletas en la segunda parte no llega por buenas combinaciones en línea de tres cuartos ni por banda, sino de una falta directa.
Roberto, que ocupó el extremo izquierdo lanzó de forma magistral una falta centrada desde unos veinticinco metros. El balón golpeó el palo, rebotó en el portero Adán y volvió a dar en el palo para demostrar que en el día de hoy no había forma de conseguir un gol.
Nuevo paso atrás del Real Valladolid en la División de Honor. En palabras de Chuchi Macón, «seguramente ha sido el peor partido de la temporada». El técnico blanquivioleta, además. fue claro con respecto a los objetivos para el resto del curso: «Prácticamente decimos adiós a los puestos de arriba». Habrá que ver ahora como actúa el Juvenil A en la competición, ya que las urgencias aprietan a los equipos de abajo como se ha visto en el día de hoy, y hay veces que con esa intensidad es suficiente.
Real Valladolid: Ito; Deve, Pistu (Maxi, min. 46), Abel, Isma; Pelayo, Álex, Mario; Mayoral, Rober (Ander, min. 70) e Isma Casado.
Unión Adarve: Adán; Leo, Jaime, Raúl, Cortés; Koke, Abril; Huertas (Mateo, min. 89), Jordan, Diego (Moneo, min. 81); y Lacaba (David, min. 92).
Goles: 0-1, min. 11: Huertas.
Árbitro: Reinoso Mangas. Amonestó al visitante Diego por perder tiempo.