Se acaba un 2014 en el que he podido cumplir uno de mis sueños: escribir sobre el Real Valladolid en una web importante.
Corría el mes de febrero cuando Jesu Domínguez y Gerardo Pin me dijeron que querían darme una columna en Blanquivioletas. Mi respuesta, rápida y contundente, fue afirmativa. Ni siquiera me lo pensé. Iba a escribir sobre el Real Valladolid en una página seria, llevada por un grupo de amigos y que trataba con rigurosidad todo lo relacionado con el Pucela. Eso, y la pornográfica cifra que me ofrecieron por juntar letras, me llevaron a una aventura que, espero, dure mucho tiempo.
Recuerdo que mi primera columna fue sobre el triunfo del Valladolid contra el Barcelona. Un madridista confeso como yo, gustándose ante una deblacle blaugrana. No cabía en mí de gozo. Incluso me permití el lujo de criticar a Xavi Hernández, que es un señor que se dedicaba a jugar al fútbol hace años. No sé si lo recordaréis. Ahora disputa pachangas autonómicas.
Aquella columna fue la primera de muchas. Y, hablando en serio, me hace mucha ilusión que mi nombre aparezca en una web como Blanquivioletas. Esto no lo escribo porque me lo hayan dictado los jefes, que también, sino porque mi propio corazón me lo pide. Sonará ‘guardiolista’, pero es un lujo encontrarme junto a firmas como las de Jesu Domínguez, Raquel Gómez, Chusi Zalama o Sergio ‘Kun’, entre otros. Gente preparada, con estudios –lo cual ya les impide trabajar en Telecinco–, y entusiasta. Su amor por el periodismo, el Real Valladolid y la comunicación hacen posible que una página humilde llegue a tanta gente.
Pero hablemos de la pelota. No ha sido un 2014 positivo a nivel futbolístico, para qué nos vamos a engañar. JIM dejó un solar y Rubi está intentando construir algo potable sobre él. En primavera nos fuimos al infierno y en invierno soñamos con regresar. Aunque cuesta. Es difícil. Aun así, no hay que perder la esperanza.
Nadie imaginaba que una película protagonizada por Angelina Jolie y Johnny Depp pudiera ser mala hasta que llegó ‘The Tourist’. Qué manera de estropear un cartel de lujo sobre un escenario como Venecia. A ese tipo de cosas hay que agarrarse. No a las góndolas, sino a que lo más improbable, de vez en cuando, despide sus dos primeras letras.
No le pediré mucho a 2015, más que nada porque ese va a ser mi argumento de la próxima semana. Dicho esto, y para ir abriendo boca, me conformo con que Bergdich aprenda a jugar, Dani Hernández se vaya lejos y Óscar Díaz demuestre lo buen futbolista que es.
Y acabo como empecé, recordando que un día empezó una aventura de esas, como el amor, que nunca sabes cuándo terminará. Y, al igual que el amor, empezó con mentiras, porque hay que mentir para enamorar. Y es que Jesu me prometió un plus en mi nómina de junio si el Real Madrid ganaba ‘La Décima’.
Y aquí sigo, esperando, como un colchonero que soñó con una Champions League y ahora se conforma con celebrar el regreso de Fernando Torres. Pero eso, y perdón por repetirme, también es amor. No el Atleti, que no sabemos ni lo que es, sino esperar. Y yo, que amo a Blanquivioletas, esperaré ese cheque con paciencia.