El Real Valladolid vence al Recreativo de Huelva en un envite nada espectacular

Ya lo dice el refranero popular: ‘Jugador de Chica, perdedor de mus’. Y es que en este juego hay que ganar sabiendo manejar las cartas propias y las del compañero, algo similar a lo que pasa en el deporte rey. En este, encontramos a un Real Valladolid que con su victoria frente al Decano de nuestro fútbol patrio sale de la crisis de resultados en la que se había instalado, pero sin convencer.
Cuando el MVP de tu equipo es Javi Chica jugando en casa, es obvio que el partido no ha debido de ser brillante, y que la victoria se ofrece como un consuelo máximo. El bueno de Chica, que se viene destacando en los últimos partidos al igual que Javi Varas (quien frente al Recre no tuvo trabajo), no solo se sumó en ataque con más presencia que atino, sino que en defensa, como siempre, estuvo implacable. Con los elogios al lateral diestro blanquivioleta y la enhorabuena de la victoria por delante, es momento de reflexionar.
En el mus, quien juega a ‘chica’ acaba perdiendo, dado que, además de que es una jugada que apenas tiene valor en sí misma, también anuncia a los contrarios la precariedad de las cartas de quien la practica.
Y sí, que Javi Chica esté siendo uno de los más destacados anuncia que el momento es gris, y que pese a la victoria, seguimos en una onda no muy distinta, ya que otra vez fue el lateral catalán uno de los destacados.
Dice Rubi en la posterior rueda de prensa que «somos el equipo que más arriesga de la categoría». Y sí, si con arriesgar se refiere a bordear con mayor frecuencia la delgada línea entre la victoria y la derrota, esa línea que de forma casual en esta ocasión traspaso Mojica para bien. Ciertos riesgos se pagan, al igual que los fallos que ya nos condenaron en el primer gran órdago de la temporada frente a Las Palmas.
He ahí mi mayor preocupación. Cuando el envite sea a pares, o sea, entre equipos de igual rango en la lucha por el ascenso, que lo mejor que tengamos sea Chica es lo que me preocupa, porque en el envite inter pares es mejor tener juego, porque cuando sea el momento de presentar credenciales al ascenso no podemos aducir dos pitos, que la ‘chica’ ya nos la hemos sacado y lo saben todos en la mesa.
Todo esto, si no jugamos al peterete de quedar por detrás de los dos puestos de ascenso directo, en una lucha del cuarto al séptimo por ver quién se mide contra quién. Con veintinueve puntos, y a dos de la 31, es hora de que el Real Valladolid diga: «Paso de pequeña», y apueste por su juego.