Ruth Rodero y Sara Carmona analizan la situación de la mujer dentro del fútbol y del periodismo a través de sus experiencias como profesionales

Foto: Paula Canal
Hoy en día vivimos en una sociedad en la que el deporte es la principal vía para escapar de los problemas cotidianos. Y, tanto en el fútbol, estrella indiscutible en los tiempos que corren, como en el resto de deportes, las mujeres tienden a aparecer en plano secundario, del que saltan a uno más protagonista en menos casos de los que quizá merezcan.
Ante esta tesitura, cabe hacerse una pregunta: ¿Realmente el género femenino vale menos, o es un problema de la sociedad? Ruth Rodero, jefa de prensa de Futsalva y redactora en el suplemento de DXT Base de El Norte de Castilla, y Sara Carmona, estudiante de periodismo y presentadora del programa de televisión Futsalva 8, en CyLTV, tienen clara una cosa: hay que cambiar de mentalidad. Seguir haciéndolo, para ser exactos, pues ellas dos son la viva prueba de que existe una tendencia a la normalización entre sexos dentro de los medios de comunicación.
«Las etiquetas te pueden arruinar la vida»
Actualmente, el fútbol base está experimentando un cambio. Cada vez hay más niñas que juegan en equipos mixtos, al igual que sucede en otros deportes. No obstante, en el salto entre la categoría infantil y la cadete se produce un punto de inflexión, ya que deja la posibilidad de que compitan equipos formados por niños y niñas desaparece y no hay una liga que les dé cobijo a ellas, más allá de la Regional Femenina, en la que algunas pasan a jugar con chicas más mayores.
Considera Sara que esto es debido a que los clubes «no dedican el tiempo suficiente al fútbol femenino», haciendo una apuesta real y efectiva. Para Ruth, esta situación es «injusta», y «buena parte de la culpa la tienen los medios de comunicación, que no dan a conocer otras cosas», algo en lo que, alega su compañera, «más culpa tienen las cadenas públicas», que no hacen equiparación entre deportes y sexos.
A pesar de la situación de cambio antes relatada, siguen dándose casos de desigualdad. En su día, Sara lo experimentó en primera persona, jugando. «Cuando yo empecé, éramos una o dos chicas, y las mofas y las burlas eran constantes», explica. Aunque Ruth, más apegada al deporte base por su actual trabajo, matiza que es una minoría ruidosa, y no la norma, y recuerda cómo en el Don Bosco, por ejemplo, no es extraño ver a niñas portando el brazalete de capitana.
Acciones como esta vienen a potenciar esa igualdad, aunque la propia Ruth Rodero comenta que «no se trata de discriminación positiva, sino de tener las mismas oportunidades. Esa igualdad se debe potenciar desde casa y desde los clubes», a lo que añade Sara Carmona que, «si a una niña le gusta el fútbol y el físico no marca demasiadas diferencias, muchas veces su técnica no tiene nada que envidiar a la de un chico».
«Una de las claves para normalizar la situación de las mujeres en el fútbol es lo mediático que se ha vuelto este deporte», comenta la presentadora de Futsalva 8. El número creciente de mujeres en el periodismo deportivo hace que su inclusión sea más natural. Al final, el fondo de esta cuestión son los estereotipos. En opinión de la redactora del DXT Base de El Norte de Castilla, «es un problema de educación, hay demasiados prejuicios».
El periodismo deportivo
y las mujeres
Ruth Rodero y Sara Carmona son un buen ejemplo de la evolución que ha experimentado la mujer en el periodismo deportivo. Hoy en día, casi todos los grandes medios de comunicación tienen entre sus plantillas deportivas como mínimo a una mujer. Aunque esto parece una moda ya había mujeres que se dedicaban al deporte, como es el caso de María Escario.
«Los medios nacionales han cambiado», opina Ruth. Este cambio contribuye a mejorar la visión que muchas personas tienen de la relación entre la mujer y el deporte, aunque todavía queda gente que lo ve como algo pasajero. «Parece que si una mujer decide ser periodista deportiva es porque está de moda», comenta Sara.
Un tema siempre polémico es si la contratación de una mujer es porque sabe de deporte o porque su imagen vende más. En el caso de la televisión, Sara lo tiene claro: «Tiene que haber un equilibrio entre la presencia –que no estrictamente belleza, puntualiza–, el conocimiento y el saber comunicar». «No importa si eres hombre o mujer. Lo importante es si eres válido«, añade Ruth, y ambas citan como ejemplo el caso de María Escario.
En cuanto al trato que reciben por parte de sus compañeros, ninguna ha vivido una situación de discriminación por cuestión de sexo. «Hay más bien compañerismo», opina Ruth. En general el trato entre compañeros es igual, aunque «a veces podemos estar un poco más cuestionadas», cree Sara.
Ambas convienen en afirmar que la situación ha mejorado en los últimos años, tanto en el periodismo como en el deporte, si bien quedan todavía cosas por cambiar y por seguir mejorando en el ideario colectivo. Cuando se acabe con la discriminación, hacia hombres o hacia mujeres, ya sea negativa o positiva, podemos decir que la normalidad se habrá impuesto y que se habrá cumplido el objetivo.