Rubén de la Barrera abandonó Los Anexos contento con el esfuerzo de sus jugadores y creyendo que, como en anteriores ocasiones, el Promesas fue «mejor que su rival»

El Real Valladolid Promesas es equipo de Segunda B. Lo cual, dicho así, puede no decir nada, pero lo dice todo. Si había alguna duda de su aclimatación a la categoría, esta quedó despejada de nuevo ante la Unión Deportiva Logroñés, ante quien sacó un punto que sabe a poco, después de que los de Rubén de la Barrera fueran ligeramente superiores al colíder.
El entrenador gallego compareció ante los medios de comunicación a la conclusión del encuentro, contento con el buen trabajo de sus pupilos. «El equipo ha competido fantásticamente bien», introdujo, antes de entrar a desmenuzar el envite. «En la primera parte lo ha hecho francamente bien, obteniendo ventajas por dentro, juntando al rival, explotando los pasillos exteriores que nos permitían y con ocasiones, sobre todo la de Toni, que era para haberse ido al descanso por delante», expuso.
En esos primeros 45 minutos, a su modo de ver, hubo solo un descuido, «una pérdida no forzada que provocó una progresión por fuera, un centro y una buena intervención de Julio».
Tras el tiempo de asueto, el filial encajó primero, pero, según lo vio su técnico, «se repuso bien». «En el cómputo general entiendo que hemos sido mejores que el rival. Hemos tenido dos o tres ocasiones bastante claras, como la última de Javi Navas, que era para haber ganado el partido, pero hay que valorar el empate», explicó un De la Barrera que recordó las igualadas ante otros conjuntos de la parte alta como las precedentes, ante Guijuelo y Coruxo, «que tienen que dar más valor» al trabajo realizado.
A su modo de ver, al Real Valladolid Promesas «solo le faltó meter las ocasiones claras» de que dispuso, que habrían provocado que el Logroñés se estirase y abriese espacios. Con todo, consideró que lo habían hecho bien, resolviendo de una manera correcta la presión rival y «conectando con gente como Toni o como Jorge», lo que les impidió dar un paso adelante, a sabiendas de que los blanquivioletas explotarían su espalda como intentaban explotar su iniciativa del encuentro.
A pesar de que el partido de los vallisoletanos fue bueno, y de que pudieron ponerse por delante, fueron los riojanos quienes se adelantaron. El filial, sin embargo, reaccionó pronto algo que su entrenador vio así: «El gol aparentemente les iba a permitir vivir el partido deseado; esperarnos para intentar cerrarlo al contraataque. Afortunadamente hemos seguido apostando por lo mismo y llegó nuestro gol casi a continuación del suyo».
El míster gallego definió al Logroñés como un rival propio de Segunda B, cuyas características dificultan la llegada de resultados. Sin embargo, llegan, y De la Barrera está conforme. «Creo que cada vez manejamos más recursos; por dentro, por fuera, en corto, en largo… poco a poco, eso nos está permitiendo asentarnos en la parte alta de la categoría y seguir sumando y creciendo con puntos. Entiendo que vamos por el buen camino», aseveró.
La luz que iluminó ese sendero, por medio de ese gol del empate, la puso Guille Andrés, que volvía a jugar en el segundo conjunto blanquivioleta después de semanas de ausencia, provocada por la estancia del valenciano en el primer plantel.
Cuando fue cuestionado por él, el técnico del filial resopló, como aliviado por haberlo tenido otra vez a su disposición, dada su gran importancia y sus características. «Guille sabe jugar a esto. Te ordena en mediocampo contrario y es capaz de hacerte crecer por dentro y por fuera, permite ser rápida a gente como Jorge, como Navas o como Ángel, que aparezcan los laterales… Parece que ha estado siempre con nosotros», finalizó.
Carlos Pouso relativiza sus tres empates seguidos
Por su parte, Carlos Pouso, entrenador de la UD Logroñés, ironizó con el momento que vive su equipo, que cosechado tres igualadas de manera consecutiva. Llamó a ese momento socavón, con sorna, y explicó que los favoritismos los dejan fuera en cada encuentro. «El Promesas es muy buen equipo, sobre todo en su campo. Nosotros no nos consideramos favoritos nunca, sabíamos que veníamos a un campo complicado; el punto no sabe ni mal, ni bien. Nos hubiese gustado ganar, pero no hay que llorar. En fútbol, los resultados son siempre justos», afirmó.
Asimismo, ahondó en las cualidades del filial, al que definió como un equipo «coherente, al que no le beneficia nada el estado de este campo», ya que «puede desarrollar mejor el estilo que propone Rubén (De la Barrera) en un campo de hierba en condiciones que aquí». No obstante, no quiso usar como excusa el estado del terreno de juego, ya que destacó que, precisamente, las «dificultades del campo perjudican más a quienes tienen que jugar aquí diecinueve partidos».